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Nuestro llamado cristiano es cuádruple: escuchar Su palabra, aceptar Su palabra, seguir Su palabra y difundir Su palabra

 

 

Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones.

 

En el evangelio de hoy (Lucas 24: 35-48), Jesús desea asegurar a sus amistades que no es un fantasma, sino el mismo que antes, aunque en un nuevo estado. La prueba más contundente de esta identidad son sus heridas, una clara señal de que "que el Mesías sufrirá y resucitará de entre los muertos al tercer día". Sin embargo, también son signos de que "el arrepentimiento y el perdón de los pecados deben ser proclamados en su nombre a todas las naciones". La muerte y la vida están estrechamente vinculadas, pero la vida tiene la última palabra.

 

Jesús les dice a sus amistades que serán sus testigos. Él también me lo pide a mí, y oro para ser un testigo fiel de la Resurrección y de la buena noticia sobre el perdón de los pecados. Como los Apóstoles, solo puedo ser testigo de lo que ya he vivido y pido un corazón abierto a la presencia de Jesús en mi vida.

 

Esta escena es paralela a la historia de ayer de Emaús, pero involucra a un grupo más amplio de discípul@s de Jesús. Están tratando de dar sentido a lo que está sucediendo en sus vidas. Jesús se hace presente entre ell@s y les desea la paz, que es su don especial. Él abre sus mentes para que comprendan que el Cristo, ¡él mismo! - Tuvo que sufrir, pero luego resucitaría de entre las personas muertas. La verdad de la historia de la Pascua les golpea: "¡Jesús ha vuelto! Es el Jesús que vimos morir, ¡pero está vivo! "

 

Cuando compartimos la Eucaristía, encontramos al Señor crucificado y resucitado tal como lo hicieron est@s discípul@s. Estamos atrapad@s en la vida de la resurrección. Si nos diéramos cuenta de lo que está pasando, nosotr@s también nos quedaríamos "mud@s de alegría". Podemos pedir el don de dejarnos sorprender por la bondad del Dios que nunca nos abandona.

 

Cristo encarga a l@s discípul@s con las palabras "Ustedes son testigos de esto". Nosotr@s también recibimos esta comisión de ser sus testigos, a través de nuestro bautismo e incorporación a la Iglesia. Si no asumimos esta misión, el mundo no escuchará el mensaje de reconciliación y perdón de Cristo. Nuestro llamado cristiano es cuádruple: escuchar Su palabra, aceptar Su palabra, seguir Su palabra y difundir Su palabra.

 

Jesús viene como consolador, con palabras de paz, a l@s discípul@s temeros@os y llenos de dudas. Su presencia les trae paz, pero “en su gozo eran incrédul@s y todavía estaban maravillad@s”.

 

Lucas quiere afirmar que Cristo Resucitado no es un fantasma ni un espíritu puro. Todavía hay algo de físico en él a pesar de que su cuerpo ahora está transformado. Por tanto, Lucas presenta a l@s discípul@s no sólo como mirando, sino también tocando; y Jesús no solo habla sino también come. Sin embargo, la naturaleza precisa del cuerpo resucitado debe seguir siendo un misterio.

 

De todas maneras, Jesús viene como consolador, con palabras de paz, a l@s discípul@s temeros@s y llen@s de dudas. Su mundo se había puesto patas arriba. Se aterrorizaron cuando se enfrentaron a la presencia viva de aquel a quien sabían muerto. Jesús usa muchos medios para fortalecer su frágil fe. Muestra sus heridas; pueden tocarlo; come con ell@s. ¿Qué formas usa contigo?

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

Date news: 
Thursday, April 8, 2021 - 11:00

Ministry at the time of Coronavirus (Covid 19): Prevent, cure and accompany

Now we have to shape what some have started calling; The Church at Home. Although I keep asking myself; What do those who do not have a home do? For this reason, at the same time, I am declaring today in our Holyrood Church a Lenten day of prayer, fasting and reading the Bible in the Time of the Coronavirus.

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