Holyrood Church 715 West 179 Street, Upper West side Manhattan, USA, 212-923-3770

No Juzgues

Buenos días, feliz lunes y bendiciones.

El Evangelio de esta mañana está en San Juan (8,1-11) y nos confronta con una pregunta interesante: ¿Eres de las personas que todavía arroja piedras a las demás personas? Esta es la historia cuando le traen a Jesús una mujer que atraparon en adulterio -pero no arrestaron al hombre al que lo dejaron ir- para autorizarlos a que la apedrearan. Jesús les dice a sus acusadores, quien sea que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra. Toda esta gente se fue a su casa y Jesús, cuando estaba solo con la mujer, le preguntó: Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: "Ninguno, Señor". Jesús dijo: Yo tampoco te condeno. Vete, y de ahora en adelante no pecarás más.

Permítanme ser claro, Dios requiere que nosotras las personas cristianas, nos cuidemos un@s a otr@s. No para mimar a las personas en sus errores, sino para alentarles a volver cuando se equivocan o caen. De esto se trata ser una perdona cristiana.

Esto me trae a la mente un par de preguntas. Primero, ¿cómo atraparon a estas dos personas en el acto? ¿Les siguieron toda la noche para tratar de atraparles? ¿Orquestaron el adulterio simplemente como un medio para destruir a Jesús? Si es así, esto explicaría la falta de un hombre acusado. El hombre podría muy bien haber sido uno de sus números. Segundo, ¿cómo pudieron tantos hombres presenciar una situación tan obscena? Tres, ¿dónde estaba su compasión? ¿Era esto simplemente un chisme creído por tantos? Es triste que usen a esta mujer para lograr sus fines egoístas sin tener en cuenta la condición de su alma. Ella necesitaba ayuda. No les importó. Lo único que les importaba era destruir a Jesús y su ministerio y no les importaba a quién destruían en el proceso. Hay gente malvada. Algunas de estas personas malvadas destruirán una iglesia entera solo para vengarse de una persona.
 
Nuevamente, desafortunadamente para los acusadores, ellos mismos fueron culpables de pecados, pecados hasta la muerte. Al igual que esta mujer, las personas que están en problemas buscan amor y aceptación. Esa mujer fue traicionada por cualquier hombre que fuera. La mujer pensó que había encontrado a un hombre que realmente la ama, pero en cambio, la abandonó. Much@s de nosotr@s somos como esta mujer. Buscamos amor y aceptación, pero todo lo que obtenemos es quebrantamiento y rechazo.

Gastamos gran parte de nuestro tiempo y energía juzgando a las demás personas. Parece que al juzgar a las demás sentimos una sensación de superioridad sobre ell@s, lo que nos hace sentir temporalmente mejor sobre nosotr@s mism@s: aumenta nuestro ego. Si queremos volver a sentirnos unid@s con nuestr@s compañer@s humanos, debemos romper nuestro hábito de juzgarles, para que podamos comenzar a verlos por lo que son, sin ideas falsas.

El desafío de hoy es que dejamos de juzgar y, como Jesús, comenzamos a ejercer compasión. La compasión significa que el desamor de otra persona se convierte en tu desamor. El sufrimiento de otro se convierte en tu sufrimiento. La verdadera compasión cambia la forma en que vivimos. Eso fue lo que Jesús nos enseñó. 

Bendiciones

Padre Luis +

Date news: 
Lunes, Marzo 30, 2020 - 10:00

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

facebook youtube instagram mail zelle