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Receta de la reconciliación

 

 

Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones.

 

En el Evangelio de hoy y de mañana leemos y meditamos la segunda mitad del Discurso sobre la comunidad. El evangelio de hoy habla de la corrección fraterna (Mt 18, 15-18) y de la oración en común (Mt 18, 19-20). El evangelio de mañana habla del perdón (Mt 18, 21-22) y presenta la parábola del perdón sin límites (Mt 18, 23-35). La palabra clave en esta segunda parte es “perdonar”. El énfasis está en la reconciliación. Para que haya una reconciliación que permita el regreso de l@s pequeñ@s, es importante saber dialogar y perdonar, porque el fundamento de la fraternidad es el amor gratuito de Dios. Sólo así la comunidad será signo del Reino.

 

No es fácil perdonar. Hay un cierto dolor que sigue golpeando el corazón como con un martillo. Hay quienes dicen: "¡Perdono, pero no olvido!" Hay resentimientos, tensiones, enfrentamientos, opiniones diversas y ofensas, provocaciones que dificultan el perdón y la reconciliación.

 

En la mayoría de las iglesias de hoy, y no creo que Santa Cruz sea diferente a cualquier otra iglesia, lo que suele ocurrir cuando las personas no están de acuerdo entre sí es que quien está molest@ no le dice nada a la persona que le ha ofendido. Pero la persona enojada habla con sus amistades y simpatizantes y comienza a reunir oídos comprensivos para escuchar un mensaje de que la otra persona ha hecho mal a la parte lesionada. Pronto hay un grupo grande y creciente que sabe del mal hecho y todas estas personas comienzan a buscar en sus propios bancos de memoria ejemplos de cuándo la persona también les hizo daño. Mientras tanto, la persona que ahora está siendo despreciada y cuya lista de transgresiones crece día a día, no tiene idea de que le ha hecho algo a nadie. Luego, cuando el problema finalmente llega a un punto crítico, el problema original se ha olvidado por completo o se ha transformado en algo completamente diferente al desaire como comenzó. Mientras tanto, la persona que comenzó todo con un acto relativamente menor se ha convertido en un/a villan@ importante, simplemente por el poder de los malos sentimientos, insinuaciones y acusaciones, que hierven con el tiempo. Esto es precisamente de lo que habla Jesús en Mateo 18.

 

Jesús establece cómo estas cosas deben ser manejadas por una comunidad cristiana. Y, sencillamente, Su receta es hablar de las cosas de forma abierta, honesta y directa, de persona a persona. Jesús quería que las personas que habían sido lastimadas hablaran directamente con la persona que las lastimó y que presentaran las cosas de manera honesta, con la esperanza de que los problemas se resolvieran. Jesús no dice: "hazle una emboscada". Y tampoco dice: “Reúnete al mediodía, en medio de la avenida Broadway y comienza a disparar. Tampoco dice; deja que gane el mejor ". En cambio, dice que debemos hablarnos de manera honesta y directa entre nosotr@s, no con enojo, pero tampoco ocultando el daño que se ha hecho. Ahora note que Él no sugiere que una persona deba ser la ganadora y la otra el perdedor. No ... lo que quiere de esta comunicación directa es la reconciliación. Ambas partes regresan, tanto como sea posible, a un lugar de cuidado e interés compartidos, de perdón y comprensión. ¿Estás list@ para hacer esto?

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

Date news: 
Miércoles, Agosto 12, 2020 - 09:45

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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