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El corazón de Jesús está abierto a l@s que sufren

 

 

Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones.

 

Con el Evangelio de hoy (Juan 19: 25-27) recordamos a Nuestra Señora de los Dolores. Es justo que reflexionemos sobre la unión de María y Jesús en el misterio de la Salvación. En lo que respecta a María, sabemos muy poco con certeza; ¿Cuánto sabía ella? ¿Cuánto participaron ella y la familia en la vida pública de su hijo? No mucho, si vamos a aceptar la escasez de referencias del evangelio a ella durante el ministerio. Pero podemos imaginar su perplejidad durante los altibajos de su vida pública, y podemos especular sobre los muchos años de vida oculta.

 

No hay necesidad de especular acerca de su espantoso dolor durante su pasión. Cualquier madre se sentiría destrozada emocionalmente por la muerte de su único hijo por crucifixión infligida injustamente. ¿Cuánto más habría sido ella, dada su sensibilidad derivada de su cercanía a Él por gracia y naturaleza?

 

Cuando leemos el evangelio de hoy, imaginamos a Jesús, nuestro pastor, maestro, amigo, incluso un hermano mayor, con gran dolor, sufriendo mientras está colgado de la cruz. Su cuerpo sufre dolor y está cubierto por las heridas sangrientas infligidas por los azotes de los soldados romanos. Sufre no solo por las heridas físicas que le han infligido, sino también por las muchas dificultades asociadas con este tipo de castigo. También sufre intensas heridas de emoción porque sus semejantes, a quienes amaba, lo condenaron a esta terrible muerte en la cruz. Sus amig@s y discípul@s más cercan@s, como Pedro, lo habían negado y abandonado y quizás lo habían decepcionado.

 

Sin embargo, la lectura del Evangelio de hoy se centra en el regalo que Jesús da desde la Cruz: dar su madre a Juan y Juan a su madre. Esto se ha interpretado a lo largo de los años como que Juan nos representa a nosotr@s, la Iglesia, como el Cuerpo de Cristo. Esto significa que María está siguiendo el mismo papel de cuidarnos que tenía cuando cuidó de Jesús. Significa que Jesús, que nos dio el hermoso sacramento de la Eucaristía, nos ve como otr@s Cristos bajo el cuidado de su madre.

 

Incluso mientras sufría en la cruz, Jesús siente la confusión y el dolor de su amado discípulo. También siente la fe tranquila y tierna de su madre, incluso en su gran angustia y dolor. Su madre siempre lo había apoyado en su trabajo y misión en la tierra, aunque no siempre entendió a dónde lo llevarían. En medio de todo su sufrimiento, Jesús le dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Quizás quiso decir "Mamá, mírame, soy tu amado hijo, quien incluso en su dolor y angustia, te ama mucho".

 

Es interesante que San Juan es el único evangelista que representa a María al pie de la Cruz. Hizo esto para hacer el punto teológico de que ella tiene un lugar de especial importancia al lado del discípulo "a quien Jesús amó" en la cruz y como fundador de la comunidad de discípul@s que Jesús dejó.

 

Incluso en el momento de su muerte, el corazón de Jesús está abierto a l@s que sufren. Reconoce el dolor de María y Juan y les pide que se hagan un espacio en sus vidas el un@ para el otr@. De aquí entonces me pregunto; ¿Qué puedo aprender de María y de Juan cuando Jesús me invita a vivir más de cerca con ell@s?

 

Bendiciones

 

Padre Luis +

Date news: 
Martes, Septiembre 15, 2020 - 11:30

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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