No debemos ser selectiv@s sobre a quién amamos

Lectura: Has oído que se dijo: "Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo". Pero yo te digo, ama a tus enemigos y ora por los que te persiguen. Mateo 5: 43-44.

Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones.

Jesús usó un lenguaje extremadamente fuerte en el evangelio de hoy (Mateo 5: 43-48). Estaba hablando con sus discípul@s y los golpeó justo donde viven. Instruyó a sus discípulos que debían amar a sus enemig@s. Jesús estaba siendo completamente contracultural porque la cultura en la que Jesús vivía era extremadamente violenta. Clavaron a los criminales en la cruz e impusieron muchos otros castigos crueles. Es cierto que en nuestra cultura también castigamos a l@s delincuentes con la pena de muerte y la cadena perpetua. Aunque hay discriminación racial y de clase para declarar que alguien es delincuente.

Jesús señala que es fácil para las personas amar a las personas que las aman, pero luego desafía a sus discípul@s a orar por las personas que les persiguen, ya sea física o emocionalmente. Jesús desafía a sus discípul@s a amar a tod@s.

No debemos ser selectiv@s sobre a quién amamos. Si no amamos a todas y cada una de las personas, no somos mucho mejores que los criminales. Es bastante fácil amar a la mayoría de las personas. Sin embargo, incluso las personas que amamos nos ponen de los nervios a veces. Tampoco siempre estamos de acuerdo. Sin embargo, si nos preocupamos por ell@s, deseamos mantener nuestra relación con ell@s. Por lo tanto, nos esforzamos por resolver los problemas y las dificultades. Queremos mantenernos en relación.

Hoy Jesús nos dice que debemos amar a tod@s, no solo a las personas que nos aman. La realidad es que no nos agradarán todos los días de la semana. A otr@s tampoco les agradaríamos algunos días. Sin embargo, esta condición no significa que esto destruya nuestro amor y cuidado por la otra persona. El amor del que habla Jesús tiene la capacidad de trascender las irritaciones diarias, los desacuerdos y las mezquinas discusiones.

El amor nos permite concentrarnos mucho mejor. Sin embargo, todavía tenemos la capacidad de amar a los demás, a todos los demás, incluso a las personas que no nos agradan. Hoy Jesús nos recuerda que todas y cada una de las personas son dignas de amor, incluso la que nos toca ese último nervio. Tenemos que elegir entre amar como lo hizo Jesús o permitir que nuestras emociones nos controlen. ¿Qué elegiremos hoy?

La perfección a la que estamos llamad@s es a ser amoros@s, misericordios@s "mujeres y hombres para con l@s demás", como dice San Ignacio, en lugar de defender cualquier ley que no sea la ley del amor. Jesús es inflexible en su insistencia de que nuestra posición predeterminada es amar, respetar y ser personas justas.

¿Me desafía esta enseñanza de Jesús? ¿Cómo me toca este pasaje? ¿Me reconozco hipócrita o farise@? ¿Experimento una tensión entre este pasaje y el llamado a ser sal, a ser liger@ para dar testimonio de mi fe? La invitación de Jesús para mí es ser más como él.

Bendiciones

Padre Luis +