Holyrood Church 715 West 179 Street, Upper West side Manhattan, USA, 212-923-3770

Dos cruces nos esperan a cada un@ de nosotr@s en esta vida: la cruz del mundo y la cruz de Cristo.

 
Lectura: Luego llamó a la multitud junto con sus discípul@s y dijo: “El que quiera ser mi discípul@, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Marcos 8:34.
 
Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el Evangelio de hoy (Marcos 8:34-9:1) Jesús convocó a la multitud y a sus discípul@s y les dijo: “El que quiera venir en pos de mí, debe negarse a sí mismo, tomar la cruz y seguir mis pasos”. Entonces Jesús hizo una serie de preguntas. Jesús esperaba que sus oyentes se dieran cuenta de lo que se requería para que una persona verdaderamente "lo siguiera". No es un camino fácil: hay muchos desafíos, pérdidas y ganancias si queremos convertirnos en verdader@s seguidor@s de Jesús. Cuando Marcos estaba escribiendo (64 DC), l@s cristian@s estaban siendo perseguid@s por causa del evangelio. En nuestros días, ¡cuántas personas cristianas más están siendo condenados a muerte por su lealtad a Cristo!
 
Jesús enseñó algo muy extraño y difícil. Jesús enseñó que no puedes vivir de verdad hasta que hayas muerto de verdad. Jesús dijo en Juan 12:24: “De cierto os digo, que, si el grano de trigo no es sembrado en la tierra y muere, queda solo. Pero su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas”. Se trata de la resurrección del Señor, pero hay una verdad importante dentro de esto. Cuando aprendes a morir a ti mism@ es cuando aprendes a vivir para Él. Antes de que el fruto del reino se produzca en tu vida, debes morir a tu vida. No puedes seguir a Jesús sin morir a ti mism@. Antes de que puedas experimentar verdaderamente quién es Jesús, debes experimentar lo que significa tomar tu propia cruz y seguirlo.
 
La cruz ha sido el gran símbolo del cristianismo desde que por primera vez cargó el cuerpo de Jesús en el Calvario. Sin embargo, debemos recordar que la Cruz, en forma de dos trozos de madera, solo entró en las últimas tres horas de la vida de Cristo. Los místicos nos dicen que estuvo allí desde el primer momento de su Encarnación.
 
Dos cruces nos esperan a cada un@ de nosotr@s en esta vida: la cruz del mundo y la cruz de Cristo. Tenemos que elegir. La cruz del mundo tiene un atractivo insidioso. Aparece como un atajo a la felicidad y, al principio, fácil de llevar. Pero se vuelve pesado y más decepcionante a medida que pasa el tiempo. La cruz de Cristo parece difícil y desafiante al principio. Pero se vuelve más fácil, si se lleva fielmente, a lo largo de los años. Eventualmente, nos llevará a una felicidad sin fin.
 
Jesús observó que 'la multitud', tod@s nosotr@s, estamos llamad@s a ser fieles a los valores de Jesús: abnegación, justicia, bondad compasiva hacia l@s demás, en lugar de los valores del mundo: codicia, autocomplacencia, celebridad.  Así es como debo alcanzar la verdadera vida.
 
Hoy te invito a tomarte de 5 a 10 minutos y preguntarte: ¿Cuáles son los desafíos en mi vida que están relacionados con mi fe o mis creencias? ¿Soy un o una verdader@ y fiel seguidor/a de Jesús en mi vida diaria? ¿O soy simplemente un o una seguidor@ “domingo” de Jesús? Podemos “profesar” ser cristian@s; sin embargo, la forma en que vivimos nuestra vida diaria es la verdadera prueba de nuestro cristianismo.
 
Bendiciones,
 
Luis+

Date news: 
Monday, February 21, 2022 - 11:30

Ministry at the time of Coronavirus (Covid 19): Prevent, cure and accompany

Now we have to shape what some have started calling; The Church at Home. Although I keep asking myself; What do those who do not have a home do? For this reason, at the same time, I am declaring today in our Holyrood Church a Lenten day of prayer, fasting and reading the Bible in the Time of the Coronavirus.

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