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A veces en nuestras vidas, hemos sido “l@s discípul@s en el camino a Emaús”: sintiéndonos perdid@s, sol@s, tristes, confundid@s y tal vez enojad@s por nuestra experiencia personal del Calvario.

 
Lectura: Aquel mismo día iban dos de ellos a una aldea llamada Emaús, como a siete millas de Jerusalén, y conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían sucedido.
 
Buenos días, feliz miércoles, y muchas bendiciones mi querida familia.,
 
En el Evangelio de hoy (Lucas 24:13-35) escuchamos la versión de Lucas de la historia del camino a Emaús. Conocemos bien esta historia. Lo más probable es que si alguien nos preguntara, podríamos contarle la historia fácilmente. La familiaridad puede ser buena, pero a veces, también puede ser un obstáculo. Hoy l@s invito a leer nuevamente este pasaje del Evangelio. Léelo despacio y con atención. Mantente abiert@ al mensaje que Jesús tiene para ti hoy. Después de leer el pasaje, tómate unos minutos y escucha en silencio el mensaje de Jesús.
 
A veces en nuestras vidas, hemos sido “l@s discípul@s en el camino a Emaús”: sintiéndonos perdid@s, sol@s, tristes, confundid@s y tal vez enojad@s por nuestra experiencia personal del Calvario. Cierto, no fue literalmente nuestra crucifixión y muerte. Sin embargo, lo más probable es que haya sido un momento de gran dolor, confusión, ira, tristeza o pérdida. O podría haber sido un momento en que una persona importante o parte de tu vida murió para ti. Tómate un momento y recuerde una de sus experiencias en el Calvario. Y como l@s discípul@s que nunca pensaron que perderían a Jesús, tú también estabas perdid@, triste, confundid@, deprimid@ y tal vez enojad@.
 
¿Cómo fue esa etapa de la vida para ti? ¿Cuánto tiempo te tomó comenzar a recuperarte y comenzar a volver a la vida? ¿Tu fe te sostuvo durante este tiempo? ¿O Jesús/Dios se sintió a años luz de ti? ¿Hubo algún sentido (por pequeño que haya sido) de que Jesús estaba contigo, sosteniéndote, fortaleciéndote? Estos tiempos son extremadamente difíciles y pueden amenazar nuestra confianza y fe en Dios. ¡Tod@s sabemos que a la gente buena le pasan cosas malas! Sin embargo, cuando nos suceden, nuestra reacción natural es preguntarnos: “¿Por qué a mí? ¿Por qué Dios permitió que esto sucediera?”
 
Sin embargo, si nos aferramos a nuestra fe en Dios, Jesús finalmente se nos aparecerá de nuevo, muy probablemente en formas, lugares o personas inesperad@s. La pregunta es: ¿estarán abiertas nuestra mente y nuestro corazón? ¿O estarán cerradas por la ira, el miedo y la pérdida? ¡Oremos hoy por la gracia de confiar en que Jesús vendrá a nosotr@s! ¡Que confiemos y creamos (lo mejor que podamos) que Jesús ESTÁ con nosotr@s siempre!
 
Esta historia también arroja luz sobre mis formas de orar. Comienzo por mi cuenta, tal vez fuera de lugar. Jesús camina conmigo, pero apenas lo noto al principio. La oración realmente comienza cuando le abro mi corazón. Él escucha bien. Entonces me ilumina: tal vez una línea de la Escritura cobra vida para mí, o una forma de enfrentar mi problema. Mi corazón se vuelve más ligero. ¡Quizás incluso comience a arder un poco como lo hizo con la pareja en el camino! La escena de Emaús arroja luz sobre lo que sucede en la Eucaristía. Después de deleitarnos con la Palabra, celebramos una comida sagrada con Dios. Jesús nos da, no simplemente pan ordinario, sino su mismo ser. En lo profundo de ese lugar misterioso que llamamos corazón, somos nutridos, alimentados para el camino de la vida. ¡Nuestro Dios es un Dios que se da a sí mismo! Todo lo que necesitamos es estar lo suficientemente vacíos y hambrient@s para recibir a Dios.
 
Bendiciones,
 
Luis+

Date news: 
Wednesday, April 20, 2022 - 12:30

Ministry at the time of Coronavirus (Covid 19): Prevent, cure and accompany

Now we have to shape what some have started calling; The Church at Home. Although I keep asking myself; What do those who do not have a home do? For this reason, at the same time, I am declaring today in our Holyrood Church a Lenten day of prayer, fasting and reading the Bible in the Time of the Coronavirus.

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