Holyrood Church 715 West 179 Street, Upper West side Manhattan, USA, 212-923-3770

Nuestro amor por Dios se expresa precisamente en cómo tratamos a l@s demás

 

 

Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones.

 

En el evangelio de hoy (Marcos 2: 23-38) aprendemos que un día en sábado, los discípulos pasaron por un campo de maíz y abrieron un camino arrancando mazorcas de maíz. En Mateo 12: 1 se dice que tenían hambre. Citando la Biblia, los fariseos criticaron la actitud de los discípulos. Sería una transgresión de la ley del sábado (cf. Éxodos 20, 8-11). Jesús respondió citando la Biblia para indicar que los argumentos de los demás no tienen sentido. Recuerda que el mismo David hizo algo que estaba prohibido, porque tomó el pan sagrado del templo y se lo dio a comer a los soldados porque tenían hambre (I Samuel 21: 2-7). Jesús termina con dos frases importantes: (a) el sábado está hecho para el hombre (ser humano) y no el hombre (ser humano) para el sábado; (b) ¡El Hijo del Hombre es el Señor del sábado!

 

En Jesús, Dios nos muestra que el corazón de la auténtica vida humana es el amor. La persona que ama escribió Pablo, cumple la ley. Podríamos decir que la única razón por la que existe la ley de Dios es para señalarnos hacia la vida del amor. Amar es entrar en la comunión divina del Espíritu Santo, morar en el amor eterno de Dios.

 

Las personas son más importantes que los sistemas y programas. Las personas son más importantes que los rituales y la religión. Juan escribió que, si una persona ama a Dios, entonces esa persona amará a su hermano y hermana (1 Juan 4:20). Puede ser fácil pensar que amar a Dios y amar al prójim@ son dos cosas diferentes. Ellos no son. Nuestro amor por Dios se expresa precisamente en cómo tratamos a l@s demás. Si somos mal@s, odios@s, crueles y desconsiderad@s con l@s demás, eso es una demostración de cuán devot@s (o no devod@s) somos a Dios.

 

Dios ama a todas las personas, incluso a las que no nos sirven, a las que tratamos como si no importaran. Cuando nos comportamos mal con las personas que Dios ama, nos comportamos de la misma manera con Dios. A Dios le interesan las personas, no los rituales por el mero hecho de los rituales.

 

El amor no viene por programas. Viene a su manera en su propio tiempo. Al contrario, nuestros programas se alimentan de nuestro amor. Está fortalecido y probado en el recipiente del autosacrificio, la paciencia y la tolerancia. No se puede explicar; solo se puede vivir. Es algo que vive, no algo que evalúa en una escala de resultados medibles. Es desordenado, no predecible. A veces duele, a veces emociona. Nunca es estático. No sigue las reglas; las reglas no pueden seguir el ritmo. Jesús dio un nuevo mandamiento a sus discípul@s: “Un mandamiento nuevo os doy: amaos un@s a otr@s. Como yo les he amado, deben amarse un@s a otr@s. En esto tod@s sabrán que son mis discípul@s, si se aman l@s un@s a l@s otr@s ”(Juan 13: 34-35).

 

En el mundo de hoy, sospecho que hay muchas personas que no aprecian el don del sábado. El domingo (nuestro día de reposo), podemos o no ir a la iglesia. Podemos trabajar, aunque sea el día de Dios. Para muchas personas, los domingos, Dios y Jesús simplemente pueden no estar en su pantalla de radar. Sin embargo, a menudo no reconocemos ni agradecemos a Dios por las muchas bendiciones que hemos recibido.

 

Ahora te pregunto: El sábado es para el ser humano y no al revés. ¿Cómo interpretas esto?

 

Bendiciones,

 

Padre Luis+

Date news: 
Martes, Enero 19, 2021 - 11:30

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

facebook youtube instagram mail zelle