Donde hay vida, siempre hay esperanza de redención y del triunfo del bien sobre el mal

Lectura: Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de Dios. El que tiene oídos, que oiga. Mateo 13:43.

Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones mi querida familia.

En la lectura del Evangelio de hoy (Mateo 13: 36-43), l@s discípul@s le piden a Jesús que les explique la parábola de la mala hierba en el campo. Jesús les dice a sus discípul@s que el Hijo del Hombre (Jesús) siembra solo buena semilla en los campos. Las buenas semillas son "l@s hij@s del reino y dan fruto abundante". Entonces Jesús les dice a sus discípul@s que la mala hierba del campo son l@s hij@s del maligno. El enemigo que siembra la mala hierba es el diablo. Cuando llega el momento de recoger la cosecha, las malas hierbas deben cortarse, recolectarse y luego quemarse.

¿Cuál es el mensaje que debemos extraer de esta lectura? Este Evangelio no es un pasaje atractivo. Sin embargo, esta lectura puede impulsarnos a hacer una pausa y reflexionar sobre nuestras vidas. Hoy les invito a tomar cinco o diez minutos y pensar en su vida. Pregúntate: ¿Estoy sembrando malas hierbas o trigo en mi vida diaria? ¿Cuáles son las áreas de mi vida en las que parece haber más trigo que malezas? ¿En qué parte de mi vida hay más malas hierbas que trigo? Luego haz una pausa por un momento y pregúntate: ¿Qué quiero cambiar en mi vida?

Dudo seriamente que algun@ de nosotr@s estemos esforzándonos por producir una mala cosecha. Sin embargo, las malas hierbas tienen una forma de invadir áreas de nuestras vidas sin que las notemos de inmediato. Si no estamos atent@s y alerta a su presencia, pueden comenzar a causarnos dolor, decepción o daño a nosotr@s o a personas importantes en nuestras vidas de alguna manera.

El mundo y las personas que lo habitan son una mezcla de bien y mal. Tenemos dentro de nosotr@s espíritus en guerra. ¿Soy consciente de estos espíritus dentro de mí?

Oremos hoy para obtener conocimiento de la verdadera vida en Cristo y comprensión de los engaños de Satanás. Doy gracias por los frutos de mi fe y la bondad que Jesús obra en mi vida. Le ofrezco cualquier debilidad que me impida prosperar como hij@ de Dios y, a la luz de su gran amor por mí, le pido perdón. Y recuerda siempre: donde hay vida, siempre hay esperanza de redención y del triunfo del bien sobre el mal.

Hoy les invito a sentarse y reflexionar sobre esta imagen de la “mala hierba y el trigo”. Identifiquen las malas hierbas en sus vidas. ¿Cuán profundamente arraigadas están tus malas hierbas? ¿Desea arrancar las malas hierbas y permitir que crezcan buenas semillas?

Después de hacer esto, ¡siéntese y habla con Jesús! Pídele que te ayude a eliminar las malas hierbas de tu vida. ¡Confía en Jesús! ¡No te fallará!

Bendiciones

Padre Luis +