¿Realmente confiamos en Jesús?

 
Lectura: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar Mateo 11:28.
 
Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el evangelio de hoy (Mateo 11: 25-30) Jesús invita a todas las personas están cansadas y agobiadas a venir a él. Nos promete que, si vamos a Él, nos dará descanso, y el descanso que nos da nos renovará y restaurará.
 
¿Qué te cansa de tu vida? ¿Qué te desgasta o te agota? ¿De qué (y de quién) necesitas "descansar"? Puede ser preocupación por sus seres queridos, su salud o sus preocupaciones financieras. Quizás te sientas abrumad@ por tus responsabilidades o quizás te sientas sol@.
 
Supongo que tod@s estamos cansad@s hasta cierto punto. ¿Qué hacemos en estos momentos? ¿Cómo afrontamos el cansancio? ¿Llevamos nuestras cargas solos o las compartimos con nuestra familia o amig@s? ¿Llevamos nuestras cargas, ansiedad y cansancio a Jesús y le pedimos la gracia y el descanso que necesitamos?
 
¿No sería maravilloso si simplemente llevando nuestras preocupaciones y cansancio a Jesús, mágicamente todo en nuestras vidas volvería a estar bien? Sin embargo, sabemos por experiencia que normalmente esto no sucede. Incluso cuando hemos llevado nuestras preocupaciones o intranquilidades a Jesús, es posible que todavía estemos preocupad@s y ansios@s.
 
La invitación de Jesús es seguirlo, pero de una manera liberadora y que trae mucha alegría, incluso cuando la vida trae sus propias cargas. ¿Qué cargas estoy llevando en este momento? ¿Puedo entregárselas a Jesús en este tiempo de oración? Cuando estoy agradecid@, ¡me queda muy poco espacio para quejarme o lamentarse! ¿Qué se siente al sentirse como una o un "niño" en mi relación con Jesús o el Abba? Recordando momentos en los que estaba "cansad@ y cargando cargas pesadas", ¿encontré descanso para mi alma? ¿De qué manera se alivió mi carga? ¿Conozco el corazón de Jesús como bondadoso y lleno de compasión?
 
Hoy, pregúntate: ¿Qué inquietudes, preocupaciones o ansiedades están en mi mente y en mi corazón? Luego te invito a sentarte tranquilamente con Jesús por unos minutos. Simplemente, quédate con Él. No necesitas decir nada porque Jesús ya sabe lo que estás pensando y sintiendo. Deja tus ansiedades, miedos o preocupaciones en Sus manos. Si te sientas en silencio con Jesús, puedes comenzar a sentirte en paz y calma. De alguna manera, estar en silencio con Jesús puede traernos una verdadera sensación de descanso y también puede aliviar nuestra carga. ¡Confía en Jesús! ¡Nos está esperando!
 
Si llevamos nuestras luchas a Jesús, Él nos honrará con la fuerza que necesitamos para continuar. Quizás la pregunta para nosotr@s es: ¿Confiamos verdaderamente en Jesús?
 
Bendiciones
 
Padre Luis +