Holyrood Church 715 West 179 Street, Upper West side Manhattan, USA, 212-923-3770

Como comunidad de fe, estamos invitad@s a estar disponibles para aquellas personas que están en verdadera necesidad.

 
Lectura: Jesús respondió: “Vamos a otro lugar, a los pueblos cercanos, para que yo también pueda predicar allí. Por eso he venido. Marcos 1:38.
 
Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones mi querida familia.
 
Hoy en este Evangelio (Marcos 1:29-39), Jesús está ministrando a las personas enfermas. El Evangelio comienza con Jesús saliendo de la sinagoga y yendo a la casa de Simón acompañado por algun@s de sus discípul@s. Cuando Jesús llega a la casa de Simón, se le acerca y le dice que la suegra de Simón estaba enferma con fiebre. Jesús se acercó a ella, la tomó de la mano y la ayudó a levantarse. ¡Inmediatamente la fiebre la dejó!
 
A medida que se acercaba la puesta del sol, muchas personas acudieron a Jesús trayendo a sus seres querid@s que estaban enferm@s o poseíd@s por demonios. Marcos escribe que Jesús inmediatamente sanó a l@s que estaban enferm@s y también expulsó a los demonios. Muy temprano a la mañana siguiente, Jesús se fue y encontró un lugar desierto donde oraba. Debe haber necesitado algún tiempo para estar quieto, descansar y estar solo en oración.
 
Los relatos evangélicos nos cuentan que además de sanar, expulsar demonios y predicar, Jesús tenía la costumbre de ir a un lugar tranquilo a orar. Sintió esta necesidad de estar en contacto con el hecho de que él era el amado de Dios. Debe haber encontrado muy desgastante la falta de afirmación humana.
 
Si Jesús viniera a nuestro pueblo, nuestra ciudad, ¿nos acercaríamos a Él y le pediríamos que nos sanara? ¿Cuál es la curación que esperaríamos? ¿Sería una enfermedad física, una necesidad espiritual? ¿Le pediríamos a Jesús que sane y restaure a alguien que amamos? ¿Le pediríamos a Jesús que sane nuestro mundo y nos limpie de nuestra necesidad de controlarnos o herirnos un@s a otr@s? Hoy te invito a reflexionar sobre la sanación que deseas para ti y para nuestro mundo. ¡Dios escuchará nuestra oración! Puede que no obtengamos una respuesta inmediata, pero confiamos en que Dios está obrando. ¡Dios responderá! ¿Cuán pacientes seremos?
 
Además, esta escena trae a colación la importancia que tiene para nosotr@s la disponibilidad. Como comunidad de fe, estamos invitad@s a estar disponibles para aquellas personas que realmente lo necesitan. Al mismo tiempo, existe lo que podríamos llamar la “pobreza de disponibilidad”. Necesitamos encontrar un equilibrio entre las necesidades de las personas y nuestros recursos limitados. No ayudamos a las personas trabajando nosotr@s mism@s hasta el punto de "agotarnos".
 
Tener “tiempo de calidad” con Dios, para orar, reflexionar y renovar nuestra energía es central. Jesús nos da un excelente ejemplo aquí al irse a un lugar desierto para orar. Recordemos permanecer cerca de la fuente de todo amor.
 
Cuando me siento impotente ante los acontecimientos externos y ante las tendencias descarriadas de mi propio corazón, le pido a Jesús, el fuerte, que venga a mi lado.
 
Bendiciones,
 
Luis+

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Miércoles, Enero 12, 2022 - 09:45

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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