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El paralítico depende de sus amigos para llevarlo a Jesús.

 
Lectura: Vinieron unos hombres que traían un paralítico, llevado por cuatro de ellos. Marcos 2:3.
 
Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El Evangelio de hoy (Marcos 2:1-12) comienza cuando Jesús regresa a Cafarnaúm después de haber estado fuera por unos días. Rápidamente se corrió la voz de que había regresado. Muchas personas comenzaron a reunirse para poder escuchar a Jesús predicar; estaban ansios@s por escuchar sus palabras. Sin embargo, ¡simplemente no había espacio para todas las personas! Mientras Jesús predicaba, llegaron varias personas que le traían un paralítico para que lo sanara. Sin embargo, Jesús estaba rodeado por una multitud tan grande de personas que no podían abrirse paso entre la multitud. Después de un tiempo, los camilleros decidieron abrir el techo sobre Jesús y luego bajaron con cuidado al hombre paralítico a la casa donde estaba sentado Jesús.
 
Al ver Jesús la gran fe que tenían estos hombres, le dijo al paralítico: “Hijo mío, tus pecados te son perdonados”. Cuando los escribas oyeron las palabras que Jesús le dijo al hombre, se escandalizaron. Su primer pensamiento fue: “¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?” Sin embargo, no pronunciaron las palabras en voz alta; en sus corazones acusaban a Jesús de blasfemia. Jesús sabía lo que estaban pensando los escribas y finalmente les preguntó: “¿Por qué albergan estos pensamientos? Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados te son perdonados; o decir: ¡Levántate! ¿Toma tu camilla y anda?”. Para que sepas que el Hijo del Hombre tiene poder para perdonar los pecados, Jesús habló al paralítico y le dijo: “Te mando: ¡Levántate! ¡Recoge tu camilla y vete a casa!’”. El hombre se levantó de inmediato, recogió su camilla y salió de la casa. Cada persona en la sala estaba asombrada. Entonces comenzaron a alabar a Dios diciendo: “Nunca hemos visto algo así”.
 
De esta lectura del Evangelio parece que los escribas interpretaron las Escrituras “literalmente”. Después de todo, ¿cuál fue el gran pecado que Jesús había cometido? Jesús le había dado a este hombre un gran regalo; sin embargo, los escribas protestaban por la curación del hombre porque era sábado y consideraban que la curación del paralítico por parte de Jesús era un “trabajo”. Muchos de los fariseos tendían a interpretar “la ley” literalmente. Por lo tanto, esta infracción de la ley por parte de Jesús en el sábado era exactamente lo que buscaban los fariseos: una oportunidad para criticar a Jesús y acusarlo de violar el sábado.
 
Hoy es un buen día para examinarnos a nosotr@s mism@s. ¿En qué categoría caes? Pregúntate: ¿soy un@ de los escribas con una interpretación literal de la ley? ¿O sigo los pasos de Jesús esforzándome por vivir la ley del amor? ¡Oro para que sea lo último!
 
Además, el paralítico depende de sus amigos para llevarlo a Jesús. Es su fe la que Jesús reconoce y a la que responde. El paralítico mismo nunca pronuncia una palabra en todo momento. Lleva a Jesús algún fracaso del pasado que te cuesta perdonarte a ti mismo. A la luz de la lectura de las Escrituras de hoy, escucha el deseo de Jesús de perdonarte y también su deseo de que te perdones a ti mism@. Si encuentras atractiva esta capacidad de Jesús para perdonar, díselo.
 
Bendiciones,
 
Luis+

Date news: 
Viernes, Enero 14, 2022 - 14:15

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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