Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.
Jesús deja claro que lo que hacemos o dejamos de hacer por las demás personas es un factor determinante significativo para nuestro futuro.
Lectura: Él responderá: “De cierto os digo que todo lo que no hicisteis por uno de estos más pequeños, no lo hicisteis por mí”. Mateo 25:45.
Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones mi querida familia.
En el Evangelio de hoy (Mateo: 25:31-46) Jesús está hablando con sus discípul@s sobre el futuro: el tiempo en que el “Hijo del Hombre vendrá en gloria”. Él les está diciendo que tod@s en la tierra serán reunid@s, y Él separará a los pueblos, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Las ovejas tendrán un lugar privilegiado a su derecha y las cabras a su izquierda.
A las ovejas, Jesús afirmará su cuidado y preocupación por l@s pobres, l@s perdid@s y todas las personas necesitadas. Estas personas eran compasivas, alimentaban a quienes tenían hambre, apagaban la sed quienes tenían sed, vestían a quien estaba desnud@ y ayudaban a otr@s en una multitud de formas físicas y espirituales. Sin embargo, la gente que escuchaba a Jesús estaba confundida. Sabían que no habían “vestido” a Jesús, ni habían apagado su sed. ¿De qué estaba hablando? Sin embargo, como sabemos, Jesús les está instruyendo que todo el bien y la amabilidad que hagan por las personas que los rodean, también lo harán por Él.
Las “cabras” entonces comienzan a quejarse (o dar excusas) a Jesús. Le dicen que no habían tenido la oportunidad de servirle de esta manera. Jesús les dice sin rodeos que no estaban preocupad@s por las personas que estaban en necesidad. No l@s vistieron ni l@s alimentaron ni l@s ministraron. ¡Simplemente l@s ignoraron!
Jesús deja claro que lo que hacemos o dejamos de hacer por las demás personas es un factor determinante significativo para nuestro futuro. En un sentido real, somos nosotr@s quienes hacemos la elección sobre nuestro futuro. Tenemos el poder de elegir ayudar a otr@s o ignorarl@s a ell@s y sus necesidades.
Si elegimos ayudar a otr@s, esperemos que no sea simplemente porque queremos estar con Jesús en el cielo. Esperemos que nuestro deseo de ayudar a l@s demás fluya de nuestra preocupación por ell@s y quizás también de nuestra gratitud por los momentos en que alguien más nos ayudó. ¡Con suerte, deseamos transmitir esta bendición a otr@s!
A medida que avanzamos en nuestro día de hoy, que estemos atentos a los momentos en que otr@ podría necesitar una mano amiga. O tal vez simplemente podamos pasar tiempo con alguien que se sienta sol@ o deprimid@. ¡Hay gente necesitada a nuestro alrededor! La pregunta es: ¿las veremos y llegaremos a ellas? ¿Quién sabe? ¡Alguien puede acercarse a nosotr@s hoy y bendecirnos!
Las cosas que se nos pide que hagamos son tan simples: dar comida y bebida a 'Jesús' en aquell@s que tienen hambre y sed; vestir a 'Jesús' en l@s que están desnud@s; visitar a 'Jesús' en l@s enferm@s y en la cárcel. Nos demos cuenta o no, cada vez que espontáneamente cuidamos de un hermano o hermana en necesidad, es Jesús mismo, a quien estamos sirviendo. Las preguntas son: ¿Dónde están l@s hambrient@s, l@s desnud@s, l@s sin techo que me llamarían si pudieran alcanzarme? ¿O he organizado mi vida de tal manera que l@s necesitad@s nunca me afectan? Jesús, has hecho de esto el único criterio de juicio. ¿Cómo me medirán?
Bendiciones,
Luis+
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