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¿Ha habido momentos en nuestras vidas en los que también hemos traicionado a Jesús?

 
Lectura: Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: “¿Qué están dispuestos a darme para que yo les entregue a Jesús?” Y ellos le pesaron treinta monedas de plata. Mateo 26:14-15.
 
Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el evangelio de hoy (Mateo 26:14-25) experimentamos a Judas Iscariote negociando con los principales sacerdotes. Judas no pretende ser nadie más que un traidor. Va a los principales sacerdotes para hacer un trato con ellos. Judas les dice sin rodeos que les entregará a Jesús. Sin embargo, solo hará esto si aceptan pagarle muy bien por traicionar a su maestro y a su amigo. Los principales sacerdotes están encantados. Después de todo, 30 piezas de plata es un pequeño precio para pagar por recibir a este hombre Jesús. Jesús había sido una espina en el costado de los fariseos durante mucho tiempo. Entonces Judas comenzó a buscar la oportunidad de entregarles a Jesús.
 
Luego, Mateo cambia abruptamente a una escena muy diferente. Como sabemos, era la Pascua, la Fiesta de los Panes sin Levadura. L@s discípul@s de Jesús se acercan y le preguntan dónde desea celebrar la cena de Pascua. Jesús les indica que vayan a Jerusalén y busquen un lugar apropiado donde puedan celebrar esta comida sagrada. La Pascua es la fiesta que celebra la liberación del Pueblo Hebreo de la esclavitud en Egipto. Sus discípul@s hicieron lo que Jesús les pidió.
 
Esa noche en Jerusalén, Jesús y sus apóstoles se reunieron alrededor de la mesa. Mientras disfrutaban de su comida, Jesús los asombra cuando les dice sin rodeos: “Uno de ustedes me va a traicionar”. Imagínense el horror y la conmoción que debieron experimentar los apóstoles. Cuando Jesús pronunció estas palabras, los apóstoles debieron quedar asombrados. ¿Se miraron sorprendidos? Jesús era su amigo y mentor espiritual. Amaban a Jesús. Habían dejado sus familias y trabajos para seguirlo. ¿Por qué lo traicionarían?
 
Entonces Jesús les dice que su traidor es uno que había metido la mano en el plato con Jesús. Cada uno de ellos había comido del plato. Debieron haberse mirado unos a otros, preguntándose quién era el traidor. Entonces cada uno de sus discípulos le preguntó a Jesús: ¿soy yo? ¿También se miraron y se preguntaron quién de ellos sería el que traicionaría a Jesús? Finalmente, Judas pregunta: “¿Soy yo, Señor?” Jesús simplemente responde: “Tú lo has dicho”.
 
¿Alguna vez ha sido traicionado a un familiar o un/a amig@? Tod@s nosotr@s hemos experimentado la traición en varios momentos de nuestras vidas y en diferentes grados. Algunas traiciones son pequeñas y, por lo tanto, pueden ser un poco más fáciles de perdonar. Otras traiciones cambian la vida. Puede ser que nuestras vidas tomen un camino completamente diferente después de la traición. También es probable que esta experiencia nos haga muy difícil confiarle a otra persona nuestra vida personal.
 
Jesús entiende la traición. Fue entregado por uno de sus más cercanos amigos y seguidores. Sí, Jesús es Dios. Sin embargo, Jesús también era humano. Él experimentó la amplitud de emociones que tú y yo experimentamos. Por lo tanto, la traición de Judas debe haberlo lastimado profundamente. Judas era un hombre que él había elegido, un hombre en quien había confiado. ¡Judas fue un hombre que lo traicionó!
 
¿Ha habido momentos en nuestras vidas en los que también hemos traicionado a Jesús? Supongo que sí. ¡Jesús nos perdonará! Quizás la pregunta más importante es: ¿podemos perdonarnos a nosotr@s mism@s? ¡Jesús nunca deja de amarnos, no importa lo que hagamos! ¡Jesús continúa invitándonos a que vengamos a él! ¿Hoy aceptaremos su invitación?
 
Bendiciones,
 
Luis+

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Miércoles, Abril 13, 2022 - 10:00

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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