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El Sábado Santo es un día de silencio y quietud, de espera y asombro, de recuerdo y de esperanza.

 
Lectura: José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo colocó en su propio sepulcro nuevo que había excavado en la roca. Hizo rodar una gran piedra frente a la entrada del sepulcro y se fue. Mateo 27:59-60.
 
Buenos días, feliz Sábado Santo, y muchas bendiciones mi querida familia. Recuerden que hoy tenemos misa a las 7:00pm.
 
La mayoría de la gente ignorará y se saltará el recuerdo de la Iglesia del Sábado Santo (Mateo 27:57-66). Sin embargo, nadie puede ignorar y saltarse la realidad del Sábado Santo en la vida. El Sábado Santo es el tiempo intermedio. La tragedia de la crucifixión ya pasó, pero las glorias de la resurrección todavía no están aquí. No estamos ni aquí ni allá. Estamos atrapad@s en el medio. Lo que fue ya no es y lo que será aún no está claro ni se sabe. Se siente como si no hubiera adónde ir y nada que hacer.
 
El Sábado Santo nos llega de muchas formas, pero siempre parece implicar la muerte; la muerte de Jesús, la muerte de un ser querid@, la muerte de una relación, la muerte de las esperanzas y los sueños. En el calendario eclesiástico el Sábado Santo es un día una vez al año. No así en la vida. Los que sufrimos la muerte de un ser querid@ sabéis que no se pasa del Viernes Santo al Domingo de Resurrección en un solo día. El Sábado Santo puede durar meses, años, incluso toda la vida. El Sábado Santo nos llama al sepulcro. ¿Dónde más hay para ir?
 
Allí están hoy María Magdalena y la otra María. José de Arimatea tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro, hizo rodar una gran piedra a la puerta del sepulcro y se fue. Salió. Algunos Harán Eso En El Sábado Santo De La Vida. Cerrarán la tumba y se irán como si no hubiera nada allí, sin posibilidades de nada nuevo. Las dos mujeres, sin embargo, María Magdalena y la otra María, están sentadas frente al sepulcro. Están en silencio. No hay mucho que decir sobre el Sábado Santo. ¿Qué se puede decir? No hay respuestas fáciles ni satisfactorias.
 
El Sábado Santo es un día de silencio y quietud, de espera y asombro, de recuerdo y de esperanza. Tal vez así es como se ve la fidelidad el Sábado Santo. No hay mucho que hacer excepto estar presente en la realidad de lo que es, sentarse frente a la tumba. ¿Dónde está Cristo el Sábado Santo? Vuelva a leer el Credo de los Apóstoles. Recuerda que en este día “descendió a los muertos” o como dice otra traducción, “descendió a los infiernos”. El Sábado Santo es cuando Cristo cae al infierno de tu vida, rompiendo las ataduras de la muerte y liberando a l@s cautiv@s.
 
El Sábado Santo es un día difícil. Deseamos tanto que la alegría reemplace la tristeza. Eso no es lo que hace Jesús. En cambio, el dolor se transforma en alegría, la tumba se convierte en matriz y la muerte da a luz una nueva vida. El triunfo de Cristo no es aparte de la muerte sino dentro de la muerte. Cristo está pisoteando la muerte con la muerte y dando vida a l@s que están en las tumbas.
 
Las dos mujeres del Sábado Santo se cambiarán en las primeras personas a las que Jesús saluda el Domingo de Resurrección. Así que confía en el silencio y la espera. Recuerda, asómbrate, espera, ora. Es Sábado Santo y vuestro Señor que os ama está obrando.
 
Bendiciones,
 
Luis+

Date news: 
Sábado, Abril 16, 2022 - 09:45

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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