Manteniendo las apariencias

 
Lectura: Ten cuidado de no practicar tu justicia delante de los demás para ser visto por ellos. Si lo haces, no tendrás recompensa de tu Padre que está en los cielos. Mateo 6:1.
 
Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el Evangelio de hoy (Mateo 6:1-6. 16-18) Jesús quiere advertirnos contra hacer cosas que parezcan justas frente a otras personas para impresionarlas. Y en los días de Jesús había mucha gente que hacía eso. Recuerde en Mateo 5.20 Jesús nos dijo que nuestra justicia debía exceder la de los escribas y fariseos.
 
Ahora bien, los escribas y los fariseos eran los “líderes espirituales” de la época. Querían que tod@s los demás supieran cuán justos eran. Qué santos, qué buenos, qué cerca de Dios estaban. Hicieron esto porque querían que l@s demás pensaran que eran bastante buenos. Solo les preocupaba cómo se veían l@s demás, por lo que se concentraron en lo externo, no en lo interno, y en el capítulo 5 hemos visto cómo Jesús no solo está interesado en lo externo, sino en lo que sucede en el interior.
 
Y como dice Jesús en Mateo 6:1, si hacemos cosas buenas solo para que otras personas piensen que somos espirituales o sant@s o religios@s, entonces ya hemos recibido nuestra recompensa de esas personas, y por lo tanto no recibiremos ninguna recompensa de Dios. nuestro Padre y Madre. Luego, Jesús usa tres formas en que la gente de su época trató de parecer justa ante l@s demás: dar a las personas necesitadas, la oración y el ayuno. Y la estructura de cada uno es muy similar. En cada caso, que veremos pronto, Jesús da un ejemplo de cómo podemos hacer obras justas, pero hacerlas solo para ganar el favor de otras personas. Y si las hacemos por esa razón, entonces recibimos nuestra recompensa de esa gente, y no seremos recompensad@s por Dios.
 
Está claro que cuando Jesús se dirige a la oración, el ayuno y la limosna, nos insta a alejarnos de nosotr@s mism@s y ver el panorama más amplio. En este pasaje, Jesús no critica estas prácticas, nos pide que examinemos nuestra motivación para hacerlas. La oración, el ayuno y la limosna son sólo un medio para un fin. La oración, el ayuno y la limosna... expresan la conversión en relación con un@ mism@, con Dios y con l@s demás..." ¿Cómo puedo aplicar una o todas estas prácticas hoy para acercarme más a Dios?
 
Como cualquier relación, nuestra relación con Dios debe ser nutrida por el tiempo que pasamos con Dios en silencio y en privado. Es en estos momentos de intimidad con Dios que nos dejamos transformar poco a poco a imagen de Dios.
 
Hoy, Jesús nos recuerda las tres “características” de la religión genuina: la oración, el ayuno y la limosna. Necesitamos los tres. La oración sin algún elemento de ayuno y limosna podría volverse tan celestial, como alguien ha dicho, que no tiene ningún uso terrenal. Ayunar sin orar ni dar limosna podría terminar como una simple dieta egoísta. Si damos limosna, pero no tenemos tiempo para la oración o alguna abnegación, quizás nuestro lema sea “¡haz el bien y evita a Dios!” Si nos encomendamos totalmente a Dios, podemos estar segur@s de que esta relación hará una diferencia para mejorar nuestras vidas. ¿Te está pidiendo Dios que te concentres en las cosas que importan? ¿Cuál es algún tema actual que te ha tocado el corazón, pero al que has optado por cerrar los ojos? Recuerda, no se trata de mantener las apariencias, deja que tus palabras con acciones de paz con justicia demuestren quién eres.
 
Bendiciones,
 
Luis+