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No juzguéis, para que no seáis juzgad@s

Lectura: No juzgues, o tú también serás juzgado. Porque de la misma manera que juzgáis a los demás, seréis juzgados, y con la medida con que midáis, se os medirá. Mateo 7:1-2.
 
Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el Evangelio de hoy (Mateo 7:1-5) el desafío de Jesús para sus seguidor@s de hoy no es fácil. Les dice a sus discípul@s que dejen de juzgar. Esto es difícil para la mayoría de nosotr@s. El juicio viene de lo más profundo de nosotr@s. Alguien puede hacer o decir algo que viola lo que creemos o consideramos sagrado y lo juzgamos por ello. Tal vez simplemente no volvieron a colocar algo en su lugar o tal vez nos dijeron algo que nos hirió hasta la médula.
 
No juzguéis, para que no seáis juzgad@s. ¡Necesitamos esta lección todos los días de nuestras vidas! ¿No es cierto que muchas veces lo que más nos irrita de l@s demás es muchas veces lo que más nos irrita de nosotr@s mism@s? ¿Alguna vez te has dado cuenta de que tienes que retractarte de un comentario poco caritativo, sabiendo que eres igual de culpable?
 
Además, suele ocurrir que nuestros propios defectos son los que menos toleramos en otra persona. Este pasaje se enfoca en dejar el juicio a Dios y en cambio mostrar compasión por las debilidades de l@s demás. Sin embargo, si leemos este pasaje en el contexto de los mandamientos del Señor de amar a nuestr@ prójim@ como a nosotr@s mism@s y de perdonarnos nuestras ofensas como nosotr@s perdonamos a los que nos ofenden, queda claro que también debemos perdonarnos a nosotr@s mism@s.
 
Tod@s tenemos estándares. La mayoría de ellos los aprendimos a una edad muy temprana a través de nuestros padres/madres y otros familiares. De niñ@s pequeñ@s, ni siquiera sabíamos que estábamos adoptando estándares de pensamiento y comportamiento. Por lo tanto, nuestras normas y reglas familiares suelen ser inconscientes. Estos estándares y reglas a menudo nos llevan a juzgar el comportamiento o la actitud de otra persona sin siquiera darnos cuenta de que lo estamos haciendo.
 
La mayor parte de lo que aprendimos de niñ@s fue esencial para nosotr@s. Sin embargo, algunas de las actitudes aprendidas de juicio que pueden obstaculizarnos de manera significativa. ¿Puedes nombrar dos o tres actitudes o normas que aprendiste de niñ@ y que ahora consideras poco saludables? ¿Cuáles son los restos de la infancia que continúan atormentándote, incluso mientras te esfuerzas por superarlos?
 
Hoy, pídele a Jesús que te quite “la viga de madera de tu ojo” para que puedas tener más compasión y comprensión contigo mism@ y con l@s demás. Cuando nos damos cuenta de que estamos juzgando, tenemos la oportunidad de dar un paso atrás y liberar conscientemente nuestro juicio. Después de todo, ¿quiénes somos nosotr@s para juzgar? No apreciamos cuando otras personas nos juzgan sin saber toda la historia. A nadie le gusta ser juzgad@.
 
Te invito a dejar de lado el juicio lo mejor que puedas. Esfuérzate por ser consciente de cuándo estás emitiendo un juicio. Cuando te des cuenta de que estás juzgando, simplemente libera el juicio. La realidad es que el juicio es obra de Dios, no nuestra. ¡Que hoy dejemos que Dios sea Dios!
 
Bendiciones,
 
Luis+

Date news: 
Lunes, Junio 20, 2022 - 08:00

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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