Debemos vivir para el Reino de Dios siendo portador@s de la Buena Nueva.

 
Lectura: Una vez más, el reino de los cielos es como una red que se echa en el mar y recoge de todo tipo, que, cuando estuvo lleno, sacaron a la orilla; y se sentaron y juntaron lo bueno en vasijas, pero tiraron lo malo. Mateo 13:47.
 
Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el pasaje del Evangelio de hoy (Mateo 13, 47-53), Jesús les dice a sus discípul@s que el Reino de los Cielos es como una red que se arroja al mar. Naturalmente, la red recoge una variedad de especies de peces y otros objetos. Cuando la red está llena, los hombres la sacan a tierra. Sin embargo, la red generalmente recolectará más que peces, incluidos objetos aleatorios o especies de vida marina que no fueron útiles para sus propósitos. Así, cuando los pescadores desembarcaban la red, tenían que separar lo que era bueno y comestible de lo que no servía. Naturalmente, desecharon lo que no pudieron usar.
 
Jesús propone entonces otra analogía. Les dice a sus discípul@s: “Los ángeles separarán a las personas inicuas de los justas y las inicuas serán arrojadas a un horno ardiente donde habrá mucho llanto y crujir de dientes”.
 
Jesús habla en parábolas, una forma de narración, para ayudar a que sus palabras cobren vida para sus seguidor@s en el lenguaje cotidiano. Much@s de los discípulos eran pescadores que se pasaban la vida echando sus redes para atraer a los peces. Podían entender el método de separar lo 'bueno' de lo 'malo'.
 
Es fácil para nosotr@s categorizarnos como just@s o malvad@s, pero asumo que exhibimos un poco de cada cualidad, dependiendo de lo que esté sucediendo en nuestras vidas. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de que estamos en un espacio "malo" o improductivo, ¡tenemos la oportunidad de avanzar hacia un espacio "justo" o pacífico! Vivir en el reino no es fácil, hay demasiadas atracciones y distracciones, y el riesgo de extraviarse siempre está presente.
 
La vida cambia constantemente, nosotr@s también, y la Iglesia también. A veces tenemos poca paciencia con los viejos usos y costumbres. Pero el almacén del reino contiene muchos tesoros. Todo lo que verdaderamente ayude a las personas a responder a Dios es bueno y no debe ser despreciado. Debemos vivir para el Reino de Dios siendo portador@s de Buenas Nuevas a todas las personas que encontramos. Hacemos eso amándonos un@s a otr@s como Jesús nos ama.
 
¡Hoy te invito a estar consciente y alerta! Perdónate a ti mismo si te das cuenta de que estás quejándote, molest@ o tens@ hoy. Luego muévete conscientemente a una postura pacífica y amorosa. ¿Qué experimentas en este proceso? Con suerte, te gustará la diferencia. ¡Podemos elegir nuestros estados de ánimo y nuestras actitudes!
 
Bendiciones,
 
Luis+