Holyrood Church 715 West 179 Street, Upper West side Manhattan, USA, 212-923-3770

Una verdadera conversión, requiere grandes compromisos.

 

Buenos días, feliz lunes y bendiciones.

 

En el Evangelio de hoy (Juan 3: 1-8) Jesús le dice a Nicodemo: "De verdad te digo que nadie puede ver el reino de Dios a menos que nazca de nuevo". La mayoría de nosotr@s hemos escuchado la frase "cristian@ nacid@ de nuevo". Por lo general, son personas dentro del movimiento cristiano evangélico quienes emplean este término para referirse a aquellas personas que son vistas como auténticamente cristianas, generalmente definidas como involucrada con un algún tipo de compromiso personal con Cristo.

 

Esta definición no está muy lejos de la realidad, pero está incompleta. “Nacid@ de nuevo" en realidad tiene un significado tanto más específico como más profundo que esto cuando se considera en su contexto. En caso de que no lo supiera, la frase a veces también se traduce como "nacid@ desde arriba" en lugar de "nacid@ de nuevo". Esto desde arriba es una invitación a convertirse en discípul@s radicales. Y ser un discípulo o discípula radical significaba confrontar y oponerse a cualquier situación de opresión, explotación o exclusión. Es un grito interno contra la injusticia. Significaba combatir la maldad. Y ser una discípula o discípulo radical significa hacer las cosas como Jesús.

 

Sin embargo, un discipulado radical que es meramente performativo, que está animado solo por el deseo de hacer todo bien y oponerse a todo lo malo, es un discipulado fracasado. El discipulado radical necesita raíces profundas. Debe ser animado por el Espíritu, que nos da la vida. Por favor entiende. No digo (como tantos lo hacen) que la lucha por la justicia sea secundaria a nuestra espiritualidad personal. Ambas se complementan. léase la Epístola de Santiago. Tampoco estoy diciendo que atender nuestra vida espiritual, mediante una magia divina, nos transformará automáticamente en practicantes radicales. No, lo que digo es que nuestro discipulado radical debe ser transformador, no solo performativo.

 

El discipulado radical se trata de discernimiento, no de seguir un guión. El llamado al discipulado es un llamado a vivir una vida extraordinaria, una vida sorprendente que se basa en una relación íntima con nuestro Señor Jesucristo.

 

Permítanme resaltar al menos cuatro cualidades de un verdadero discípulo de Cristo que nace de arriba o de nuevo. Primero hay desinterés y sacrificio. L@s discípul@s siempre ponen a las demás personas primero y, de muchas maneras, anteponen las necesidades de l@s demás antes que las propias. Esto es evidente en los actos desinteresados ​​de l@s discípul@s y en muchos actos de bondad. Segundo, humildad y modestia. Ser humilde es ser un discípulo o discípula de Jesús porque él fue verdaderamente humilde. Llego a este mundo y nació en un establo, tendido en un pesebre. Se humilló ante tod@s y, sin embargo, era Dios. L@s discípu@os de Cristo también son personas modestas, no solo en apariencia sino también en la forma en que actúan. Tercero, profesa la Palabra de manera regular y efectiva. Un discípulo discípula habla la Palabra de Dios en una conversación regular, no en forma de predicación, sino naturalmente porque es lo que él o ella cree. Debes estar ansios@ por compartir la Palabra porque hay un deseo de presentar a Dios a todas las personas. Y cuarto, ama como lo hizo Cristo. O al menos lo intenta. Jesús es amor y fue claro cuando llamó a todos sus seguidores a amar como amaba. L@s discípul@s entienden que no es fácil amar como lo hizo Jesús, pero también saben que amar a las demás personas es amarlo a Él.

 

Ahora mis preguntas para ti, después de leer esta reflexión; ¿Estás list@ para ser un cristiano o cristiana nacida de nuevo? ¿Aceptas la invitación a un discipulado radical?

 

Bendiciones

Padre Luis+

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Lunes, Abril 20, 2020 - 11:15

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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