El perdón es una actitud constante

Buenos días y bendiciones.
 
Hoy estamos reflexionando sobre la manera en que el Nuevo o Segundo Testamento aborda la restitución tanto desde el punto de vista de la persona deudora como de quien es propietari@. Romanos 13: 7-8 dice: "Paguen a todas las personas lo que se les debe ... No se deba nada a nadie, excepto amarse un@s a otr@s, porque quien ama a las demás personas ha cumplido la ley".
 
Pero el tema del Nuevo Testamento es el perdón como obligación. La parábola del siervo despiadado (Mateo 18: 21-35) es una ilustración de cómo Dios perdona nuestra deuda y cómo espera que perdonemos a quienes nos deben. Mateo 5:42 es el ejemplo perfecto. Dice: "Dale al que te suplica y no rechaces al que te pediría prestado". El "dar" en la primera parte del verso no significa prestar con la expectativa de un retorno; significa dar libremente para satisfacer la necesidad de la otra persona. Mateo 6:12 muestra que nuestra relación con Dios depende en gran medida de cuánto perdonamos a las demás personas. Incluso el Antiguo Testamento creó una cultura de condonación de deudas. Las personas esclavas hebreas solo debían ser retenidas durante siete años, y cada cincuenta años, en el Año del Jubileo, cada deuda debía ser perdonada, y la tierra restaurada a la familia que originalmente la poseía.
 
Como creyentes, debemos tratar honestamente con el mundo. Deberíamos pagar nuestras deudas y restituir el daño que hemos causado. Pero también debemos mostrar amor a las demás personas perdonando lo que se nos debe. No está mal recibir restitución, ni siquiera solicitarla. La justicia civil existe por una razón (Romanos 13: 1-7) y el perdón no necesariamente implica falta de consecuencias. Sin embargo, nuestro corazón debe ser de perdón y gentileza. Nunca buscamos la restitución como un medio de venganza (Romanos 12: 19–21). En cambio, debemos amar a nuestr@s enemig@s y abstenernos de represalias (Mateo 5: 38–42). No exigimos nuestros derechos, sino que tratamos a las demás personas con amor, confiando en la provisión de Dios. Y siempre debemos recordar la deuda que le debemos a Jesús por morir en la cruz por nuestros pecados. Para esta deuda, nunca podremos hacer restitución.
 
Bendiciones
 
Padre Luis +