Ser Agradecidos

Buenos días, feliz lunes y bendiciones. 

La historia de los diez leprosos en Lucas 17: 11-19 es un testimonio del poder sanador de Jesucristo. Pero es más que eso. Es un testimonio de gratitud de un condenado que fue llevado de la muerte a la vida. Esto es lo que distingue la historia de los diez leprosos de todas las otras historias de curación del Nuevo Testamento, porque de todos los que Jesús sanó y resucitó de entre los muertos, solo este pobre leproso regresó para agradecerle.

Mientras caminaban hacia el Templo o donde sea que estuvieran los sacerdotes, celebrando el nuevo regalo devuelto de la vida, uno de ellos está tan abrumado por la emoción y se detiene. No se contenta con simplemente tomar el regalo. Ir al templo puede esperar. Reunirse con su familia puede esperar. La observancia religiosa puede esperar. ¡Pero agradecer a Jesús no puede esperar! Su obligación espiritual prevaleció sobre todas las demás obligaciones. No solo quiere agradecer a Jesús, sino que también quiere entregarse a Jesús. Tenía algo más importante incluso que encontrar un sacerdote. Jesús lo había sanado; Él debe agradecer a Jesús. Y así lo hizo. Me pregunto si yo estoy haciendo lo mismo al establecer prioridades equivocadas en mi relación con Jesús.

Ahora aquí está el asunto principal. Este hombre era un samaritano (v.16), lo que implica que el resto eran judíos. Él es la última persona que crees que recibiría curación (especialmente a los ojos de los judíos), pero él es el único que realmente tiene fe. Jesús expresa su tristeza y desilusión. "¿Dónde están los nueve?" Él dice. Me pregunto, ¿estoy haciendo lo mismo dejando que mis obligaciones religiosas y del diario vivir me impidan agradecer a Jesús? 

Me pregunto si Jesús mira hoy en nuestras iglesias y hace la misma pregunta. “¿Dónde están las personas a quienes le he dado mis regalos? ¿Dónde están quienes están verdaderamente agradecid@s por lo que he hecho por ell@s en sus vidas? ¿Dónde están quienes recuerdan en qué tan mal estado estaba antes de que l@s encontrara? ¿Dónde están los nueve? ¿Por qué cuando las bendiciones llegan, la gente no le agradece a Dios, pero cuando llegan los problemas rápidamente culpan a Dios? Somos rápid@s en escribir nuestras bendiciones en arena, pero grabamos nuestras quejas en mármol. ¡Nunca entendí esa lógica! Esta realidad de no estar agradecido con Jesús quiero cambiarla en mi vida hoy.

Bendiciones

Padre Luis +