Nada te turbe, nada te espante.

Buenos días, feliz sábado y muchas bendiciones.

En el evangelio de hoy (Mateo

10: 17-22

) aprendemos que la fe en Cristo es costosa. Jesús prometió que encontraríamos oposición, y lo vemos, de diferentes formas. De aquí el que pidamos el don de la perseverancia.

Es impactante leer este Evangelio inmediatamente después de Navidad. Pero este es el mundo al que viene Jesús. No se aparta de él con miedo o disgusto. Lo envolverá en su amor, y eso será suficiente para salvar a la humanidad. Por esto pido el valor y el amor de Jesús.

"Perseverancia" es una palabra que se repite a lo largo del Primer y Segundo Testamento. San Pablo dice a los romanos que "el sufrimiento produce perseverancia, y la perseverancia produce carácter, y el carácter produce esperanza, y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado".

Jesús sabe bien cómo es el mundo. Alerta a sus discípul@s con imágenes sombrías sobre lo que puede suceder: pueden ser entregad@s, calumniad@s, azotad@s, traicionad@s, odiad@s y asesinad@s. Pero da otro conjunto de imágenes para compensar el primero. No deben preocuparse; el Espíritu de Dios hablará a través de ell@s; l@s que perseveren serán salv@s. Las perspectivas para l@s seguidor@s de Jesús son sombrías. Pidamos ser leales en medio de la dificultad. Pidamos confianza, confianza en que Dios inspirará en el momento de la necesidad. Las familias se dividirán. Solo la resistencia será recompensada.

El siguiente consejo, atribuido a Santa Teresa de Ávila nos puede servir de ilustración para la perseverancia. Ella nos dice: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta. En muchos países,el 26 de diciembre conmemora la vida de San Esteban, un diácono cristiano en Jerusalén que era conocido por su servicio a las personas pobres y su condición de primer mártir cristiano (fue apedreado hasta la muerte en el año 36 d. C.). En el contexto del Evangelio de hoy, creo que hay cinco lecciones que podemos aprender de la vida de Esteban. El núcleo del compromiso cristiano es el servicio; Nada es más importante que la Palabra de Dios; Dios hace su obra más grande a través de personas "comunes"; L@s cristian@s son una desconcertante contradicción para el mundo; A veces, la voluntad de Dios para nosotr@s es el martirio. Esteban hizo todo bien y terminó muerto. ¿Qué pasó? ¿Por qué Dios no lo rescató? Honestamente, no siempre sabemos por qué Dios permite que su pueblo sufra. Pero sabemos que los sermones que predicamos en nuestro dolor son más fuertes que los que predicamos en nuestra prosperidad. La contribución más eficaz de Esteban al reino de Dios vino a través de su martirio.

San Esteban, en medio de sus sufrimientos, puso su confianza en Dios. Las palabras de Jesús bien pueden haber resonado en sus oídos: "Cuando te entreguen, no te preocupes por cómo vas a hablar o qué vas a decir. En ese momento te darán lo que vas a decir". La sabiduría, se dice, es hacer los acuerdos con lo inmutable. ¿Hago los acuerdos con cualquier sufrimiento que se me presente?

Bendiciones

Padre Luis +