¿La temporada navideña nos han acercado más a Jesús y su madre?

¿La temporada navideña nos han acercado más a Jesús y su madre?

Buenos días, feliz año nuevo y muchas bendiciones.

Hoy comenzamos un nuevo año según el calendario "secular". Y aunque gran parte del resto del mundo ha comenzado a quitar las decoraciones navideñas, la Iglesia continúa celebrando la temporada navideña. El Evangelio (Lucas

2: 16-21

) para esta fiesta de María es el relato de los pastores que viajaron a Belén para rendir homenaje al Niño Jesús.

Este es el día de la octava de Navidad, dedicado como solemnidad a María. El evangelio nos invita a unirnos a los pastores cuando visitan al niño recién nacido en Belén y a compartir su asombro y alegría. Me pregunto, ¿nuestras celebraciones durante la temporada navideña nos han acercado más a Jesús y su madre? ¿O nos ha resultado difícil encontrar oasis de tranquilidad en los que adentrarnos profundamente en el misterio de todo?

Una de las declaraciones más profundas de este Evangelio es: “María guardó todas estas cosas en su corazón y las meditó”. ¿Qué hay en tu corazón para reflexionar? Puede ser un evento, ocasión o encuentro que te haya traído una gran alegría. O quizás puedas reflexionar sobre una dificultad o desafío en tu vida. En el mundo acelerado de hoy, debemos optar por reflexionar y reflexionar deliberadamente sobre nuestras vidas. Reflexionar no siempre es fácil. Cuando sufrimos o nos sentimos sol@s, lo último que podemos querer hacer es reflexionar sobre nuestro dolor o pérdida. Puede ser más cómodo simplemente adormecer el dolor. Sin embargo, Dios nos invita a reflexionar sobre nuestros dones, nuestras alegrías y nuestras tristezas.

Lo maravilloso que se revela en esta historia es que la autorrevelación de Dios como amor no es para un@s poc@s elegid@s, sino para ti y para mí. La grandeza de María se ve en el hecho de que se tomó el tiempo para reflexionar sobre esta revelación, no solo en su mente sino "en su corazón".

¡Al comenzar este nuevo año, encontramos una buena noticia increíble esperando para alegrar nuestros corazones! Dios se ha hecho humano y ya no es remoto ni oscuro. Todos nos sentimos cómod@s con un bebé, y cuando nos sonríe, nuestros corazones cansados se llenan de alegría. Podemos entrar en escena llamando a la puerta y somos recibid@s por la sonrisa de María. Tómate un tiempo para sentarse con la pequeña familia y los pastores, en silencio y asombro. Quizás se te olvidó traer un regalo, pero no importa: ¡te has traído a ti mism@!

Te invito a que comenzamos el año, como comenzamos nuestra vida, bajo la protección de Jesús. Hoy celebramos la más apasionada y duradera de todas las relaciones humanas, la de madre e hijo. Cuando María miró a su bebé y le dio su pecho, supo que había una dimensión aquí más allá de su conjetura. Cada vez que veas un bebé este año, has la conexión con lo que está sucediendo hoy y renueve su sentido de asombro y admiración por la delicia de Dios al hacerse humano. Esto calentará tu corazón y te hará sonreír más.

Bendiciones

Padre Luis +