Jesús nos está diciendo que el núcleo mismo de nuestra existencia es estar conectad@ con él.

Lectura: Permanece en mí, como yo también permanezco en ti. Ninguna rama puede dar fruto por sí sola; debe permanecer en la vid. Tampoco puedes dar fruto si no permaneces en mí. Juan 15: 4.

Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.

En el evangelio de hoy (Juan 15: 1-8) Jesús nos presenta el gran misterio de Dios compartiendo su vida con nosotr@s: Yo soy la vid; ustedes son las ramas ... Mi Padre es el viñador. La vid es un árbol especial, donde la distinción entre el tronco y las ramas es más difícil de distinguir que en otros árboles: Dios comparte su propia vida conmigo. Paso tiempo en asombro y acción de gracias, pidiendo ser digno de tal gracia.

Permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes ... l@s que permanecen en mí y yo en ell@s dan mucho fruto, porque separad@s de mí no pueden hacer nada. Este es el consejo que Jesús nos da en vísperas de su pasión, su mensaje final en la intimidad del círculo de sus más querid@s amig@s. Hoy dejo que esta invitación resuene en mi corazón, pidiendo la gracia de crecer en mi intimidad con Jesús mi Salvador para que mi vida dé muchos frutos.

Hoy me invitan a reconocer mi estrecha relación con Jesús, que él compara con la relación entre una vid y los sarmientos que crecen en ella. ¿Qué significa para mi vida que la vida de Jesús fluya hacia mí? ¿Qué significa para mí personalmente saber que soy tan parte de Jesús como el pámpano es parte de la vid? ¿Hay cosas en mi vida que serían diferentes si conscientemente me diera cuenta de esto? ¿Qué son? Reflexiono sobre estas cosas; Hablo con Jesús sobre ellos y le pido al Espíritu Santo que me guíe e ilumine.

Las personas cristianas también han sido llamados "miembros del cuerpo de Cristo"; estamos en unión mística con él, parte de "todo el Cristo" (según la noción judía de "personalidad corporativa"). Como tal, en auténtica unión con Cristo, hoy al mismo tiempo lo representamos ante el mundo y también damos gloria a Dios. No es de extrañar, entonces, que se nos conceda la garantía: "Puedes pedir lo que quieras y lo obtendrás".

La vida de la santa de hoy, Brígida de Suecia (Patrona de Europa), es un ejemplo de unión profunda con Cristo que fluye hacia la acción en el mundo: en la vida matrimonial, en los asuntos de Estado, en la caridad práctica: todo arraigado en el compromiso con Cristo. - que surgió de la oración mística.

Jesús nos está diciendo que el núcleo mismo de nuestra existencia es estar conectado con él. Me invita a "permanecer", a descansar, a quedarme, a permanecer en él, para que la vida divina fluya en mí y a través de mí. ¿Tengo la sensación de que esto permanece en él?

Quizás sea un desafío para mí, ya que me gustaría estar activo y haciéndolo. Me tomo un tiempo para darme cuenta de cómo es que necesito estar conectad@ con la vida misma de Jesús, para conocer los latidos de su corazón, para recibir la vida de él como un gran pámpano de la vid.

A través de la analogía de la vid y los pámpanos, Jesús nos invita a unirnos a él. Somos las ramas, y si permitimos que la vida de la vid reine libremente en nosotr@s, dará muchos frutos de paciencia, bondad, compasión y perdón. “Una hermosa pregunta para nosotr@s l@s cristian@s es esta: ¿permanezco en Jesús o estoy lejos de Jesús? ¿Estoy unid@ a la vid que me da la vida o soy un pámpano muerto, incapaz de dar fruto, de dar testimonio?

Bendiciones

Padre Luis +