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Oro por aquell@s que abusan de su poder para que dejen de hacerlo y por sus víctimas para que encuentren formas de resistir.

 
Lectura: ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Sois como sepulcros blanqueados, que se ven hermosos por fuera, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de todo inmundo. Mateo 23:27.
 
Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones mi querida familia.
 
Hoy en el Evangelio (Mateo 23: 27-32), Jesús continúa su agravio sobre los fariseos. Él los llama sin rodeos hipócritas. Los compara con "tumbas blanqueadas" que se ven hermosas, pero en lo profundo de las tumbas no hay más que huesos e inmundicia.
 
Ponte en el lugar de los fariseos. ¿Cómo reaccionarías si alguien te acusara de ser una persona hipócrita de la misma manera que Jesús acusaba a los fariseos? Los fariseos parecían justos. Sin embargo, Jesús los acusa de estar llenos de hipocresía y maldad. ¿Como se atreve? ¿Quién se creía que era para hacer comentarios tan críticos y públicos a los fariseos? Después de todo, ellos eran los líderes del templo. Estaban haciendo el bien, no el mal.
 
La triste realidad es que todos tenemos un o una "fariseo" dentro de nosotr@s. Supongo que la mayoría de nosotr@s nos esforzamos por lucir bien. Naturalmente, deseamos ser estimad@s y apreciad@s. Queremos ser competentes, exitos@s y felices. Y esto es natural y normal. Sin embargo, también podemos intentar ocultar el lado vulnerable y temeroso de nosotr@s mism@s. Podemos tratar de ocultar lo que consideramos nuestros "huesos y nuestra inmundicia". No queremos que la gente vea este lado de nosotr@s. Queremos lucir felices, exitos@s, realizad@s y satisfech@s.
 
Jesús continúa desafiando a los fariseos que hacen una demostración externa de perfección religiosa hasta el más mínimo detalle. Dentro de sus corazones y mentes están llenos de orgullo, odio y desprecio por sus semejantes. Tod@s podemos caer en la misma trampa y, a veces, vernos a nosotr@s mism@s o nuestro comportamiento en un nivel más alto que l@s demás.
 
Una de las frases que parece haber capturado nuestra imaginación es decirle la verdad a quienes tiene. Incluso en nuestros tiempos democráticos necesitamos gente valiente que esté dispuesta a pagar el precio por ello. Miro a Jesús mientras se enfrenta a los hombres y mujeres poderos@s de su tiempo, l@s líderes políticos y religiosos, y oro por aquell@s que están dispuest@s a arriesgarse a decir la verdad. Oro por aquell@s que abusan de su poder para que dejen de hacerlo y por sus víctimas para que encuentren formas de resistir.
 
Hoy Jesús nos habla. Se da cuenta de que a veces también nosotros somos hipócritas. Y sabe que queremos lucir bien y tener éxito. Estos son deseos y esperanzas naturales. Sin embargo, periódicamente debemos preguntarnos: ¿Estoy siendo hipócrita? ¿Me estoy presentando como bueno y santo, cuando a veces soy un hipócrita? Jesús no espera que seamos perfectos. Sin embargo, desea que seamos quienes somos y no pretender ser más sant@s, más felices o más satisfech@s de lo que somos en realidad. Jesús simplemente desea que seamos auténticos. Quiere que seamos lo mejor que podamos y confía en que esto es suficiente. ¿Podemos creer y confiar en esto? ¡Eso espero!
 
Bendiciones
 
Padre Luis +

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Miércoles, Agosto 25, 2021 - 18:00

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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