¡Nuestros "demonios" a menudo nos controlan mucho más de lo que nos gustaría!

Lectura: En la sinagoga había un hombre poseído por un demonio, un espíritu impuro. Gritó a todo pulmón: “¡Vete! ¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: ¡el Santo de Dios! " Lucas 4: 33-34.
 
Buenos días, feliz miércoles y muchas bendiciones mi querida familia.
 
La lectura del Evangelio (Lucas 4: 31-37) para hoy es la historia de Jesús sanando al "hombre con el espíritu inmundo". ¡La lectura es algo fantástica! El demonio parecía tener el control total del hombre poseído. Sin embargo, ¡el demonio reconoció inmediatamente la bondad y el poder de Jesús! En respuesta, el demonio temía a Jesús y a lo que Jesús pudiera hacer. Sin embargo, Jesús simple y silenciosamente ordenó al demonio que saliera del hombre. ¡El demonio obedeció y el hombre fue sanado!
 
La gente de Capernaum estaba asombrada por la autoridad de Jesús y sus palabras. No estaba diciendo cosas muy diferentes de lo que ell@s escuchaban normalmente, pero estaba hablando con gran autoridad. Tenía un sentido claro de quién era, su relación con Dios era la piedra angular de su vida y su mensaje, por lo que podía hablar con gran autoridad. No tenía otro interés que el de proclamar la verdad y predicar el Reino.
 
Es muy impresionante que, al expulsar demonios, Jesús encontró resistencia. Resucitó personas de entre l@s muert@s y alimentó a miles con algunos panes y peces sin ningún esfuerzo, pero fue desafiado y resistido por los demonios, a pesar de que todavía tenía la última palabra. No es de extrañar que a veces me desconcierta el poder del mal que me rodea. Le pido a Jesús que me dé la misma confianza en su poder que veo en el poseído y en l@s espectador@s de la sinagoga.
 
Me pregunto, ¿cuándo fue la última vez que alguien me causó una profunda impresión? ¿Qué hice en consecuencia, cómo he crecido? Doy gracias a Dios por aquell@s que han hablado o actuado con autoridad, trayendo verdad o significado a mi vida. El espíritu maligno supo su opuesto y vio que se había acabado el tiempo; Oro para que mi presencia y mis valores puedan crear un espacio para el bien donde el Espíritu positivo de Dios esté presente y sea evidente.
 
Cada un@ de nosotr@s tiene sus propios "espíritus inmundos". Dudo que sean "demonios" como el de esta historia. Sin embargo, ¡nuestros "demonios" a menudo nos controlan mucho más de lo que nos gustaría! ¿Cuáles son tus "espíritus inmundos", tus "demonios"? Supongo que tod@s queremos ser sanad@s. ¿Confiamos en que Jesús escucha nuestra súplica? ¿Creemos que Jesús puede sanarnos y nos sanará?
 
Nuestra curación puede no ser un "milagro" inmediato como lo fue el del hombre. Más bien, nuestra curación puede ser una curación gradual a medida que continuamos llevando nuestra petición a Jesús. ¡Oremos por la gracia de poner nuestra confianza en Jesús y creer que Jesús responderá nuestra oración!
 
Bendiciones
 
Padre Luis +