Dios estaba tocando las puertas del corazón de Herodes.

 
Lectura: Pero Herodes dijo: “Yo decapité a Juan. ¿Quién, entonces, es este del que escucho tales cosas? Y trató de verlo. Lucas 9: 9.
 
Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El personaje principal en el evangelio de hoy (Lucas 9: 7-9) es Herodes el tetrarca. Herodes había escuchado historias sobre la predicación de Jesús en toda Judea. También había oído hablar de cómo Jesús sanaba a las personas con un toque o una palabra. Herodes estaba perplejo y no sabía qué pensar de este hombre, Jesús. Mucha gente afirmó que Jesús era “Juan el Bautista resucitado de entre los muertos. Otros decían: "Elías ha aparecido"; y otros afirmaron que "uno de los profetas antiguos ha resucitado".
 
El Evangelio de hoy saca a la luz un punto muy importante: simplemente conocer a alguien es muy diferente a conocerlo personalmente. A través del don de la gracia, podemos conocer a Jesús, y nuestra oración es nuestra comunicación con un amigo o amiga, no con una persona conocida. Si tienes la bendición de tener algunas amistades cercanas, entonces comprendes la diferencia. Recuerde entonces las palabras de Jesús: “Ya no los llamo siervos… los he llamado amigos” (Juan 15:15). Nunca estás sol@ cuando le devuelves su oferta de amistad.
 
Herodes, como el resto de nosotr@s, tenía conciencia. Obviamente, le estaba preocupando. Sabía que había hecho mal al autorizar la decapitación de Juan el Bautista, un hombre tan eminentemente bueno. Ahora, Aquel a quien Juan había predicho públicamente estaba haciendo cosas mucho más extraordinarias. Por eso Herodes “trató de verlo”. ¿Estamos tratando de ver a Jesús resucitado trabajando en nuestras vidas en preparación para vivir con él para siempre?
 
La curiosidad de Herodes se despierta con las historias que circulan en torno a Jesús. Dios está llamando a su puerta. Este es su momento de gracia. El momento pasa y no regresa hasta que Jesús es llevado ante él para ser juzgado. Una vez más, Dios llama a su puerta y le concede su deseo. En efecto, ve a Jesús, y San Lucas dice que se alegró mucho de esto. Pero rechaza la gracia que se le ofrece porque su deseo es demasiado pequeño. Quiere que Jesús realice alguna señal divertida, nada más. Pero Jesús no dice ni hace nada, por lo que Herodes hace que sus tropas se burlen de él y luego lo envía de regreso a Pilato. Su puerta está cerrada.
 
Herodes aparece como el político con miras a la publicidad, que no quiere perder el contacto con alguien que está en las noticias. Se habló de Jesús, así que Herodes tuvo que verlo. Verlo, con la mirada de un espectador curioso, pero sin involucrarse.
 
Si bien no vivimos en el mismo período de tiempo que Herodes y Jesús, podemos recurrir al Nuevo Testamento para vislumbrar la vida de Jesús. ¿Qué te fascina de Jesús? Si pudieras sentarte con Jesús en persona, ¿qué le preguntarías? ¿Para curar? ¿Para un oído atento? Hoy tómate un tiempo para hablar con Jesús. Pregúntale lo que quieras. Jesús escuchará y responderá.
 
Bendiciones
 
Padre Luis +