¿Qué hace que me invadan sentimientos de venganza?

 
Lectura: Cuando los discípulos Santiago y Juan vieron esto, preguntaron: "Señor, ¿quieres que llamemos fuego del cielo para destruirlos?" Lucas 9:54.
 
Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
La lectura del Evangelio de hoy (Lucas 9: 51-56) es la revelación de la crucifixión y muerte de Jesús. Jesús sabía que su arresto y muerte eran probables, pero se aferró a su decisión de viajar a Jerusalén. Sabía que era probable que lo arrestaran. También sospechaba que incluso podría morir. ¿Te imaginas la tormenta de emociones que debió haber estado dando vueltas en la mente y el corazón de Jesús? ¡Sin embargo, decidió hacer el viaje a Jerusalén!
 
A lo largo de los Evangelios vemos evidencia de la fe y la confianza de Jesús en Dios. La lectura de hoy es un claro ejemplo de la profunda confianza que Jesús tenía en Dios. ¿Tenemos tanta fe? Eso espero. ¡Tenemos que nutrir nuestra fe y confianza en Dios todos los días! Esto crea una base y una relación con Dios que nos apoyará y sostendrá cuando la necesitemos. ¡Hoy y todos los días, pidamos a Jesús que profundice nuestra confianza y fe en él!
 
Este pasaje también indica la hostilidad entre judíos y samaritanos, que fue fuerte en la época de Jesús. Sin embargo, la forma en que l@s discípul@s abordaron el problema y la forma del Señor difieren mucho. L@s discípul@s se enfurecieron cuando no fueron recibid@s en la aldea de los samaritanos y querían venganza. Jesús dijo que no.
 
L@s discípul@s pensaron: "Si todos fueran como nosotr@s", mientras le pedían a Jesús que les diera una lección a los obstinados samaritanos. Incluso cuando había puesto su rostro en Jerusalén, Jesús reconoció que sus seguidor@s no entendían su corazón. Ayúdame, Jesús, a seguirte con humildad, a buscar tu camino. Deja que la lógica de mi cabeza sea atemperada por la compasión de tu corazón.
 
Santiago y Juan están inquietos y sienten: ¿de qué sirve tener poder si no lo usas con quienes te rechazan? Ponen palabras sobre los sentimientos de ira y venganza que a menudo se agitan en nosotr@s cuando nos enfrentamos a la maldad: Enciérral@s. Dispárales. Recupere el castigo corporal. Ese no es tu espíritu, Señor. Sabías la maldad que te esperaba en Jerusalén, pero pusiste tu rostro para enfrentarla.
 
En mi autorreflexión me pregunto: ¿Qué causa que los sentimientos de venganza entren en mí? ¿Siento a veces el deseo de vengarme de alguna persona o grupo con el que no puedo resolver mis diferencias? ¿Podría poner esos sentimientos ante el Señor en silencio y orar para llegar a ser más como Cristo en mis actitudes? ¿Hay grupos a los que les resulta difícil tratar como vecinos? Reflexiona sobre ellos a la luz de las enseñanzas y el ejemplo del Señor. Discute el problema con él.
 
Y en mi oración de hoy estoy diciendo: Señor, cuando soy rechazad@, puedo ser consumido por sentimientos de ira o venganza. No dejes que me entregue a estos sentimientos. En lugar de eso, déjame dar la vuelta y seguir adelante como tú lo haces.
 
Bendiciones
 
Padre Luis +