¿Cuándo y cómo se nos ha presentado Jesús?

 
Lectura: Será bueno para aquellos sirvientes cuyo amo los encuentre listos, aunque venga en medio de la noche o al amanecer. Lucas 12:38.
 
Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El Evangelio de hoy (Lucas 12: 35-38) comienza con Jesús diciéndoles a sus discípul@s que "se ciñan los lomos y enciendan sus lámparas". En los días de Jesús, l@s discípul@s entendieron exactamente lo que quería decir. Estas dos acciones forman parte de la preparación para el regreso del capitán. Estas no son palabras que usaríamos hoy. ¡Sin embargo, la costumbre de prepararnos para las personas invitadas y luego esperar su llegada también es parte de nuestras vidas hoy!
 
Jesús dice que l@s sierv@s que esperan pacientemente el regreso de su amo serán bendecid@s por su vigilancia y paciencia. Todos los días también “esperamos” la venida de Jesús a nuestras vidas. Algunos días, sabemos claramente cuándo y cómo Jesús ha estado presente para nosotr@s. Otros días, podemos esperar y esperar y esperar su llegada y es posible que nunca experimentemos su presencia de manera tangible. Quizás lo más importante es nuestra "observación y la espera". Si no abrimos los ojos y el corazón para "buscar" a Jesús a lo largo de nuestro día, ¡simplemente podemos perder su venida! Sin embargo, si estamos atent@s y vigilantes, podemos ver a Jesús en cada lugar al que vayamos y, lo que es más importante, ¡en cada persona que encontremos!
 
En las vidas ocupadas, la espera se puede experimentar como una pérdida de tiempo, un retraso de lo que se desea. Sin embargo, la espera puede ser formativa, ya que lo fue para las personas elegidas que ingresaron a la Tierra Prometida. Puede servir para preparar, fomentar el estado de alerta, estar list@ cuando regrese el maestro. Oramos por la paciencia para esperar, por la disponibilidad para estar alerta a las formas sorprendentes en que Jesús viene a visitarnos.
 
Por otro lado, estamos acostumbrad@s a escuchar que l@s sierv@s esperan en el amo, pero sabemos que Dios está esperando que estemos list@s para recibir la visitación de lo alto. Se produce una inversión de la situación habitual en la lectura de que el maestro esperará y servirá a es@s fieles ayudantes. Señor, te pedimos que nos mantengas alerta y listos para esperarte, para servirte, sabiendo que nos esperas como un humilde servidor.
 
Jesús habla de su venida como un tiempo de alegría y celebración, no de miedo y temblor. Solo tenemos que estar preparad@s para que cuando venga podamos abrirle la puerta. Felices aquell@s sierv@s que el amo encuentra despiertos cuando llega. Señor, ayúdame a vivir con mis lámparas encendidas y listo para recibirte cuando vengas a mi vida. ¡Hoy Jesús vendrá a ti (y a mí)! La pregunta para nosotr@s es: ¿lo esperaremos pacientemente? ¿Estaremos atent@s y despiert@s a su llegada? ¿O nos volveremos somnolient@s, letárgic@s y nos quedaremos dormid@s? Si estamos alerta y despiert@s, Jesús no solo vendrá a nosotr@s, sino que también nos servirá en la mesa. ¡Y recibiremos el gran regalo de su presencia y amor!
 
¡Hoy tienes que estar alerta! ¡Cíñete los lomos! ¡Enciende la lámpara de tu corazón! ¡Esperen su venida! ¡Jesús no te defraudará! ¡Recibirás el regalo y el placer de su compañía! ¿Qué más podríamos pedir? Jesús llegara a ti hoy en la persona menos esperada.
 
Bendiciones
 
Padre Luis +