¡Confiemos en que Jesús se acercará y nos tocará de una manera amorosa y sanadora hoy!

 
Lectura: "y la gente trató de tocarlo, porque de él venía poder y los sanaba a todos". Lucas 6:19.
 
Buenos días, feliz jueves y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El evangelio de hoy (Lucas 6: 12-19) comienza con Jesús subiendo a la montaña para orar. Jesús pasó toda la noche en oración. Inmediatamente después de este tiempo de profunda soledad y oración, llamó a los doce apóstoles. Es en este punto que Jesús comienza a predicar, enseñar y sanar.
 
La palabra sobre Jesús ya debe haberse difundido. La gente de la zona debe haber sabido que había algo muy inusual en este hombre. Cuando Jesús descendió de la montaña, inmediatamente se vio rodeado por un gran número de personas de Judea, Tiro, Sidón y Jerusalén.
 
¿Qué fue lo que atrajo a estas personas a Jesús? ¿Cómo se había corrido la voz tan rápido? En la época de Jesús no había Internet mediante el cual la palabra pudiera difundirse por todo el mundo casi instantáneamente. Sin embargo, de alguna manera, ¡la palabra acerca de Jesús se había extendido por todas partes! ¿Cuáles fueron las historias que esta gente escuchó sobre este predicador itinerante, Jesús? ¿O lo habían escuchado predicar y querían escuchar más de él?
 
La gente quería más que solo escuchar a Jesús predicar. En el Evangelio, Lucas dice: "Todos intentaban tocarlo". La gente había escuchado que un gran poder fluía de Jesús. Habían oído que tenía el poder de curar. Ell@s también habían venido queriendo ser tocad@s y sanad@s por Jesús. ¡Qué regalo sería ése!
 
Supongo que cada un@ de nosotr@s también necesita curación. La herida o lesión puede ser una experiencia del pasado o puede ser una situación que está sucediendo en nuestras vidas hoy. Hoy es una oportunidad para que cada un@ de nosotr@s venga a Jesús y le pidamos la curación que necesitamos y anhelamos. Extendamos la mano y toquemos a Jesús de alguna manera hoy. Puede ser mediante la oración, leyendo este pasaje de las Escrituras o simplemente sentad@ en silencio en la presencia de Jesús. ¡Confiemos en que Jesús se acercará y nos tocará de alguna manera amorosa y sanadora hoy!
 
¿Cómo es para mí poner mi nombre entre los de los apóstoles? ¿Qué me detiene? ¿Qué es lo que más disfruta Jesús de mi compañía? Como me llama, ¿qué crecimiento espera en mí?
 
No se trataba de una multitud ordenada, segura detrás de barreras, regulada por personal autorizado. Personas de varios lugares, enfermas, locas y atormentadas, estaban presentes, buscando una parte de él. Jesús descendió entre ell@s y se detuvo. Él estaba ahí para ell@s. ¿Cómo está él ahí para mí?
 
Bendiciones
 
Padre Luis +