¡Jesús quiere que actuemos de manera consciente, deliberada y amorosa!

 
Lectura: Bienaventurad@s l@s pacificador@s, porque serán llamad@s hijos e hijas de Dios. Mateo 5: 9.
 
Buenos días, feliz lunes, gozoso Día de Tod@s l@s Sant@s y muchas bendiciones.
 
En el evangelio de hoy (Mateo 5: 1-12) Jesús está enseñando a sus discípul@s. En su enseñanza, les regala las Bienaventuranzas. Tod@s conocemos las Bienaventuranzas. Sin embargo, nos tomamos el tiempo para sentarnos con estas ocho hermosas enseñanzas y preguntarnos: "¿Cómo me esfuerzo por ser un ejemplo vivo de estas bienaventuranzas?"
 
Jesús vivió cada una de las "bienaventuranzas". A medida que las enumere, observe cómo podría haberlos vivido él mismo. Él era misericordioso, puro de corazón, un pacificador. Todas las demás encuentran espacio en su vida. Observelo al leer el evangelio y en su oración. Jesús conocía cada una de las Bienaventuranzas de adentro hacia afuera. Sabía exactamente dónde se puede encontrar la bendición y la presencia de Dios.
 
El deseo de ser feliz está en cada un@ de nosotr@s; para encontrar la felicidad y la paz, la alegría y la satisfacción en la vida. En diferentes etapas de la vida podemos buscarla de diferentes maneras. Un niño o niña se alegra de que le cuiden, un o una adolescente a veces de estar sol@, a veces de estar cerca de otro@; podemos ser felices con el éxito o la alabanza. Podemos buscar la felicidad en la práctica adictiva, en las relaciones superficiales, pensando que estamos en el camino de encontrar lo que buscamos.
 
Jesús lo sabe. Hoy habla de cómo encontramos la felicidad, de cómo somos totalmente bendecid@s. Tiene una visión de la felicidad diferente a la de much@s otr@s. Encontramos la "felicidad de Jesús" en ser humildes, gentiles y bondados@s, aceptar la pérdida en la vida, en ir realmente por lo que es justo y correcto, en ser sincer@s y personas íntegras, y en hacer las paces. Encontramos felicidad en soportar diferentes dificultades, humillaciones e incluso injusticias cuando la causa es para Dios.
 
Lo que el mundo ve como trágico o vacío, Jesús lo ve como bienaventurado: humildad, duelo, mansedumbre, paz y otras virtudes. Jesús vivió él mismo por estas cualidades y podemos notarlas en sus palabras y acciones durante su vida con nosotr@s en la tierra. Él pudo animarnos a vivir en el espíritu de las Bienaventuranzas porque él mismo las vivió y sabía que una vida de integridad y honestidad es en verdad una vida bendecida.
 
Es fácil recitar estas "buenaventuranzas" como una especie de mantra. Son la declaración de la visión de Jesús. Vivió lo que dijo: que toda la vida es bendecida, incluso las experiencias que nunca podríamos pedir. Todas las personas que viven de acuerdo con su estilo de vida son, y serán, ricamente bendecidas.
 
Jesús no quiere que actuemos simplemente. ¡Jesús quiere que actuemos de manera consciente, deliberada y amorosa! ¿Elegiremos hacer esto hoy? ¡No solo podemos dar un gran regalo a otra persona, sino que también podemos recibir un gran regalo al compartir lo poco que tenemos! Permito que estas bendiciones lleguen a mi hogar. Me imagino a Jesús hablándome con cuidado, consciente de mi pobreza, tristeza y hambre. Mientras vivo con dificultades, busco escuchar a Jesús hablándome las Bienaventuranzas a medida que las encuentro.
 
Bendiciones
 
Padre Luis +