Hoy Jesús también nos llama: “Baja de tu árbol y llévame a tu casa.

Lectura: Cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja inmediatamente. Debo quedarme en tu casa hoy ". Así que bajó enseguida y le dio la bienvenida con alegría. Lucas 19: 5-6.
 
Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el evangelio de hoy (Lucas 19: 1-10), escuchamos la historia de Zaqueo, un hombre pequeño de estatura, y recaudador de impuestos. Jesús pasaba por Jericó. Zaqueo había oído hablar de Jesús y sentía curiosidad por este hombre, Jesús. Entonces Zaqueo decidió unirse a la multitud que se había reunido para recibir a Jesús. Sin embargo, Zaqueo era un hombre bajo. No era lo suficientemente alto para poder ver a Jesús cuando pasaba. Entonces, decidió trepar a un árbol. Al menos así podría ver a Jesús, aunque no pudiera acercarse a Jesús.
 
Sin embargo, en este día, Zaqueo recibió la sorpresa de su vida. Cuando Jesús vio a Zaqueo sentado en el árbol, Jesús lo miró y le dijo: “Zaqueo, baja, que hoy me quedaré en tu casa”. Inmediatamente, Zaqueo bajó del árbol y con alegría recibió a Jesús en su casa. Sin embargo, algun@s de l@s transeúntes se enojaron y empezaron a quejarse. Zaqueo no se dejó intimidar por sus astutos comentarios. Se mantuvo firme y le prometió a Jesús: “Daré la mitad de mis posesiones a las personas pobres. Y si he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad ".
 
Mientras leemos esta historia, hay varias cosas en las que podríamos reflexionar. Nosotr@s también queremos ver a Jesús en el sentido más profundo posible. Solo entonces podremos convertirnos verdaderamente en sus discípul@s. Necesitamos escucharlo decirnos: "Quiero quedarme en tu casa hoy". Abramos la puerta y le demos la bienvenida.
 
Los encuentros de Jesús podrían resultar sorprendentes. Primero un ciego de Jericó, ahora le sigue uno de los hombres más ricos y odiados de la ciudad; un hombre que ha engañado a mucha gente, la causa de la pobreza de muchas familias. El hogar del más odiado fue el lugar que Jesús eligió para quedarse. El hombre más odiado cambió sus costumbres y devolvió lo que era injustamente suyo. El evangelio de Jesús, si somos sincer@s en nuestra lectura, siempre nos desafiará a cambiar o modificar nuestros caminos.
 
Jesús alegró el día de Zaqueo y todos los demás comenzaron a quejarse. ¿Que está pasando aquí?
¿Qué me dice?
 
Hoy Jesús también nos llama: “Baja de tu árbol y llévame a tu casa. ¡Deseo pasar tiempo contigo! " ¿Inmediatamente "bajaremos de nuestro árbol" y responderemos al llamado de Jesús? ¿O nos quedaremos sentados un rato tratando de decidir qué hacer? La pregunta para nosotr@s es: ¿Le permitiremos entrar en nuestro corazón? ¿Nuestra casa? ¿O ignoraremos su solicitud?
 
Bendiciones
 
Padre Luis +