Nuestra única preocupación debe ser siempre decir la verdad con amor.

Lectura: Cuando Jesús entró en los patios del templo, comenzó a expulsar a los que vendían. Les dijo: Escrito está mi casa, casa de oración; pero tú la has convertido en "cueva de ladrones". Lucas 19: 45-46.

Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.

El evangelio de hoy (Lucas 19: 45-48) es extremadamente corto: solo 4 versículos. Sin embargo, comienza con una escena algo violenta: ¡Jesús ha recibido un látigo y está echando a l@s mercaderes fuera del área del templo! ¡Este no es un Jesús que “vemos” muy a menudo! En este día, Jesús estaba extremadamente enojado porque este santificado y santo templo estaba siendo utilizado para el comercio, para hacer dinero. ¡Este templo sagrado estaba siendo profanado! Jesús estaba tan enojado que tomó un látigo y echó a l@s mercaderes del templo.

Puede ser fácil dar por sentados lugares sagrados y seguros, como una Iglesia. A veces, incluso podemos olvidar que estamos en un espacio sagrado y santificado. La próxima vez que esté en tu iglesia, te invito a sentarse en silencio durante unos minutos. Nota la paz, el carácter sagrado de este bendito espacio. ¡Experimente la presencia de Dios en este lugar santo! ¡Experimenta la presencia de Dios en las personas que están contigo y a tu alrededor!

Para Jesús, la crítica más dura estaba reservada para el liderazgo religiosos. Para Jesús, la realidad del amor que su Padre/Madre le tenía coloreaba todo en su vida. Estaba entristecido e indignado por la distorsión de esta imagen de Dios por parte de algunos de los líderes religiosos.

¿Cómo es posible que las personas que se dedican a la observancia de la ley de Dios se equivoquen tanto? Nuestra Iglesia es una iglesia de personas pecadoras, por personas pecadoras y para personas pecadoras. ¡Y somos grandemente amados por Dios!

Como seres humanos, tod@s necesitamos espacios sagrados, ya sea una iglesia, un bosque, el océano, las montañas, un pequeño lago o tu propio patio trasero. Cuando reconocemos lo "sagrado", sabemos muy dentro de nosotr@s que Dios está allí con nosotr@s. Cada momento de nuestro día es sagrado, ¡si lo percibimos de esa manera! ¡Dios está siempre con nosotr@s!

La Iglesia, en sus comunidades y a través de las personas, está llamada a continuar esa misión de contra testimonio. Esto conducirá tanto al apoyo como a la hostilidad. Esto es algo que no debería sorprendernos en absoluto ni algo que deberíamos tratar de evitar. Nuestra única preocupación debe ser siempre decir la verdad con amor. Dios se encargará del resto. Porque, en última instancia, prevalecerá la verdad, el amor y la justicia.

A lo que Jesús se opone es a la corrupción de lo sagrado. Mi cuerpo y mi alma son un templo de Dios y pertenecen a Dios. ¿Es este templo suyo un espacio sagrado, una casa de oración? ¿O está entregado a los falsos dioses del dinero y la codicia?

Bendiciones

Padre Luis+