¿Cuál es la curación que deseamos pedirle a Jesús?

Lectura: Luego les tocó los ojos y dijo: “Conforme a vuestra fe os sea hecho” Mateo 9:29.

Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.

Los personajes principales de este Evangelio (Mateo 9: 27-31) son Jesús y dos ciegos. Mientras Jesús caminaba, dos ciegos comienzan a seguirlo. Deben haber oído hablar de las maravillas y curaciones que Jesús había hecho. Los hombres gritaban continuamente, rogando a Jesús que tuviera piedad de ellos. Finalmente, Jesús se detuvo y les preguntó si realmente creían que Él tenía el poder para sanarlos. Ellos simplemente respondieron: "Sí, Señor". En respuesta, Jesús extendió la mano, tocó sus ojos y dijo: "Hágase esto según tu fe". ¡Al instante se les devolvió la vista! Podían ver claramente.

El inicio de este encuentro es público. Hay multitudes en torno a Jesús, y los ciegos están atrapados en la emoción general. Le gritan a Jesús usando un título formal, "Hijo de David", como si fuera una poderosa figura mesiánica que dispensa salud a las multitudes. Jesús espera hasta estar en la casa, donde puede encontrarse con los ciegos en persona y cuestionar su fe.

En materia de fe, tod@s somos cieg@s de alguna manera. Pero, si permito que Jesús toque mi corazón, él me ayudará a ver más claramente el camino que debo seguir. Los ciegos tenían fe en el poder sanador de Jesús. ¿Experimenté alguna vez el poder sanador interior de Dios?

¿Cuál es la curación que deseamos pedirle a Jesús? ¿Le clamamos? ¿Lo seguimos? ¿Creemos verdaderamente que Jesús tiene el poder y el deseo de sanarnos? ¿Confiamos en que Jesús contestará nuestra oración? ¿Alguna vez le has clamado a Jesús, pero parece que no te oye? Si / cuando esto suceda, ¿cómo responderás? ¿Darás la espalda y te alejarás de Jesús? ¿O continuarás clamando, confiando y siguiéndolo?

Jesús nos escucha y nos responde. Sin embargo, puede que no sea una respuesta directa a nuestras oraciones. En estos momentos, debemos prestar mucha atención a lo que Jesús nos esté diciendo o lo que esté haciendo en nuestras vidas. A menudo, su presencia y acción pueden ser muy sutiles en lugar de un milagro absoluto. Jesús puede estar obrando a través de otras personas o ideas o quizás nos está agraciando con el amor y la fuerza que necesitamos.

Los ciegos tenían fe en el poder sanador de Jesús. ¿Experimenté alguna vez el poder sanador interior de Dios? Los ciegos me recuerdan la necesidad de ser persistente en mi oración. ¿Lo que le pido a Dios ahora está en mi mente durante el día? ¿Miro con expectativa y esperanza para ver cómo Dios me está respondiendo? Si no lo hago, ¿qué diría mi falta de perseverancia? Doy gracias a Dios por esos momentos en que mis ojos se han abierto y le pido a Dios que me lleve a apreciar la verdad. Jesús nos escucha y nos “toca”. Necesitamos estar alerta y atent@s a cómo Jesús puede venir a nosotr@s, ¡porque Él vendrá! ¡Que tengamos la fe para poner nuestra confianza y esperanza en Él!

Bendiciones

Luis +