La dignidad que nos confiere el bautismo es un desafío para que vivamos con altura.

Lectura: De cierto os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. Mateo 11:11.

Buenos días feliz jueves y muchas bendiciones mi querida familia.

En el evangelio de hoy (Mateo 11: 11-15) Jesús continúa su predicación a las multitudes. Habla de Juan el Bautista. Le dice a la gente que no ha nacido nadie más grande que Juan. Jesús sigue esta declaración diciendo que el "más pequeño" en el Reino de los cielos es mayor que Juan.

¿Quién es el "menor" de nuestro mundo? En nuestro pueblo, ciudad o familia, ¿quién es el “menor” entre nosotr@s? ¿Vemos a estas personas o son simplemente parte del trasfondo de nuestras vidas? También puede ser más cómodo para nosotr@s ver solo lo que queremos ver. Puede ser natural intentar bloquear lo que es doloroso o difícil.

A lo largo de los Evangelios, Jesús ve a las personas perdidas y las “más pequeñas” y está atento a ell@s. Jesús también quiere que tengamos ojos y un corazón para que veamos a esas personas “pequeñas”, las “más pequeñas” que hay en nuestras vidas. ¿Las buscamos? ¿Estamos atent@s a ell@s? ¿Realmente l@s vemos y luego hacemos lo que podemos para ayudarl@s?

Jesús tiene grandes elogios para Juan el Bautista. Y, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. La dignidad que nos confiere el bautismo es un desafío para vivir en altura. Dios no se impone sobre nosotr@s. Debemos trabajar nosotr@s mism@s para ser personas cristianas, pero tampoco olvidar nunca que todo es don de Dios.

¿Qué fue lo que colocó a Juan el Bautista por debajo de l@s más pequeñ@s en el reino de los cielos? Había predicado la justicia de Dios y la necesidad del arrepentimiento; pero no había vivido para ver a Jesús crucificado, y en eso, para ver la increíble extensión del amor de Dios por nosotr@s.

Oremos hoy para que tengamos ojos para ver a las personas pobres, a las pequeñas, a las más pequeñas. Que también tengamos la gracia de ayudarl@s o consolarl@s en todo lo que podamos. ¡Puede ser tan simple como saludarl@s o escucharl@s! O puede estar ayudándol@s de alguna manera pequeña. Para nosotr@s, estos actos pueden parecer insignificantes. Sin embargo, para el “otr@s”, ¡puede ser un gran regalo! ¿A quién notaremos hoy?

Bendiciones

Luis +