Jesús usó su autoridad divina, no para dominar, sino para servir

 
Lectura: Jesús entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo. "¿Con qué autoridad estás haciendo estas cosas?" ellos preguntaron. "¿Y quién te dio esta autoridad?" Mateo 21:23.
 
Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El escenario del Evangelio de hoy (Mateo 21: 23-27) es el templo. Cuando Jesús entró en el templo, los ancianos y los principales sacerdotes se le acercaron. Inmediatamente comenzaron a interrogarlo. Le preguntaron quién le dio autoridad para sanar y predicar.
 
En lugar de responder a sus preguntas, Jesús les da la vuelta a los ancianos y sacerdotes preguntándoles de dónde creían que era el bautismo de Juan. ¿Creían que era del cielo o pensaban que era de origen humano? Los ancianos y sacerdotes estaban en un dilema. Se dieron cuenta de que si decían que creían que el bautismo de Juan era del cielo, Jesús podría preguntarles: "¿Por qué no le creyeron a Juan?" Sin embargo, si le decían a Jesús que no creían en el bautismo de Juan, Jesús les preguntaba por qué no creían que Juan era el hombre "enviado por Dios para dar testimonio de la verdad".
 
¿Puede imaginarse la frustración, el miedo y la ira que experimentaron los ancianos y sacerdotes? ¡Estaban en un dilema! No importa cómo respondieran, estarían en una posición incómoda. Los oficiales del templo guardaron silencio por un tiempo. Finalmente, uno de ellos respondió y simplemente dijo: "No lo sabemos". A su vez, Jesús responde negándose a decirles de dónde viene su autoridad.
 
Una persona con "autoridad" no es solo alguien que ejerce poder represivo sobre l@s demás. El ejercicio de una autoridad genuina no es controlar, sino por el contrario, ser un/a agente liberador/a del potencial que hay en las personas, ser un/a agente empoderador o empoderadora.
 
Jesús no ejerció una autoridad represiva. Invitó a la gente a seguirlo. Vino a servir, no a ser servido. Vino a dar vida, vida en plenitud. Vino para guiar a las personas hacia el pleno desarrollo de todo lo que podían ser y estaban destinadas a ser. ¿Cómo respondo a esta invitación de Jesús? Para mantener una fe firme en la identidad de Aquel que Habría de Venir, nosotr@s mism@s necesitaremos, dada nuestra debilidad, dejarnos abiert@s a la influencia celestial.
 
Entre el pueblo de Dios, se puede abusar de la autoridad. Jesús usó su autoridad divina, no para dominar, sino para servir. Cualquiera que sea la autoridad que tengas, debes usarla para servir amorosamente a l@s que te rodean. ¿Aprecio mi propia autoridad al proclamar la verdad de Jesús? ¿Me siento cómod@ con eso? Hay sumos sacerdotes y ancianos en el templo de este tiempo. ¿Cómo me afectan? A la luz de la lectura, oro por la libertad interior que me lleve a una relación más profunda con Jesús, el verdadero centro de mi adoración.
 
Bendiciones,

Luis +