Jesús es crítico con aquellas personas que no pueden reconocer el bien y que solo ven el mal.

 
Lectura: Y los maestros de la ley que bajaron de Jerusalén dijeron: “¡Está poseído por Belcebú! Por el príncipe de los demonios, está echando fuera los demonios”. Marcos 3:22.
 
Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El Evangelio de hoy (Marcos 3:22-30) comienza donde terminó el Evangelio del sábado. Hoy los escribas acusan a Jesús de estar poseído por Belcebú. ¡Afirman que creen que es el poder de este “príncipe de los demonios” lo que le dio a Jesús el poder de expulsar demonios! Además, las personas que estaban escuchando a Jesús predicar declaran que estaba “loco”.
 
En Marcos, los escribas de Jerusalén son los críticos más severos de Jesús. Aquí no niegan que Jesús realiza exorcismos exitosos. Sin embargo, afirman que, como él mismo está poseído, es por el poder demoníaco que expulsa a otros demonios. La respuesta de Jesús, señalando lo que sucede en un reino dividido o en una casa dividida, es lógica y persuasiva. Luego se compara con un intruso que quiere saquear la propiedad de un hombre fuerte (el hombre fuerte es Satanás). Es una forma curiosa pero efectiva de hablar de exorcismo.
 
Pasajes como este nos recuerdan que la cosmovisión compartida por Jesús y sus críticos era muy diferente a la nuestra en el siglo XXI. Es posible que necesitemos pedir, incluso con más insistencia que de costumbre, gracia para comprender cómo la historia es relevante para nosotr@s hoy. Recuerde siempre que Marcos (y los otros evangelistas) están tratando de explicar quién es Jesús y qué significa llamarlo Salvador. Ese es el corazón del evangelio.
 
Jesús es crítico con aquellas personas que no pueden reconocer el bien y que solo ven el mal. Si deseo escuchar la voz de Dios, debo tener cuidado de no prestar atención a ninguna voz que hable solo negativamente o condenando.
 
Sin embargo, Jesús no permitió que sus comentarios lo distrajeran o lo detuvieran. Inmediatamente se vuelve hacia ellos y cuestiona sus declaraciones. En última instancia, Jesús le dice a la gente que todos los pecados, todas las blasfemias serán perdonadas. Sin embargo, si alguien blasfema contra el Espíritu Santo, ¡ese no será perdonado!
 
¿Cuál es nuestra reacción a su Evangelio? ¿Cuál es el mensaje que Jesús nos está dando hoy? ¿Se trata de una blasfemia? ¿O Jesús simplemente está tratando de liberarnos? ¡A veces en nuestras vidas, somos nosotr@s l@s que no podemos perdonarnos a nosotr@s mism@s por algo que hemos hecho! Pregúntate: ¿por qué necesitas perdonarte a ti mismo? ¿Estás dispuest@ a dejar que Jesús “te libere”? ¡Jesús está esperando y listo! Sin embargo, ¿confiamos en Él lo suficiente como para abrir nuestras mentes y corazones a Su amor, Su perdón y Su sanidad?
 
Bendiciones,
 
Luis+