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La falta de perdón por lo general tiene más efecto en nosotr@s que en la persona que necesitamos perdonar.

 
Lectura: Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano o hermana que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? Jesús respondió: “Te digo, no siete veces, sino setenta y siete veces. Mateo 18:21-22.
 
Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
En el Evangelio de hoy (Mateo 18:21-35) Pedro se acerca a Jesús y le pregunta sin rodeos cuántas veces necesita perdonar a otr@, ya sea su hermano, su hermana, amig@ o un/a compañer@ de trabajo. Pedro pregunta si debe perdonar a la otra persona siete veces. Me pregunto si Pedro tenía un familiar, un cónyuge o un/a amig@ a quien había herido varias veces. ¿O Pedro simplemente estaba haciendo la pregunta porque quería escuchar cómo respondería Jesús?
 
Como suele ser el caso, Jesús no responde directamente a la pregunta de Pedro. Más bien, Jesús le dice sin rodeos a Pedro que debe perdonar a la otra persona, no solo siete veces, sino 70 veces. ¡Eso es mucho perdón! Es más fácil perdonar a otr@ si el daño o insulto es menor. Sin embargo, cuando una persona nos ha traicionado o calumniado, puede que nos resulte más difícil perdonar a la persona. Esto es comprensible porque nuestra confianza ha sido traicionada.
 
¿Se sorprendió Pedro por la respuesta de Jesús? ¿Pedro estaba pensando en un familiar o amig@ que necesitaba perdonar o estaba recordando a alguien a quien había lastimado o herido? ¿Esperaba Pedro que, en algún momento, sería perdonado?
 
Ojalá, con el tiempo, perdonemos a la persona que nos hirió y, en este proceso, nos liberemos también de la pesada carga que venimos llevando. La falta de perdón por lo general tiene más efecto en nosotr@s que en la persona que necesitamos perdonar. El resentimiento y la ira nos envenenan. Cierto, no es fácil dejar ir nuestra ira y dolor. Si podemos poner nuestra ira, dolor y resentimiento en las manos de Dios, Dios nos sanará. Puede llevar mucho tiempo.
 
La gracia es que Jesús no espera que lidiemos sol@s con estas heridas y resentimientos. Jesús camina con nosotr@s, nos alienta y nos da la gracia de soltar y perdonar a quienes nos han lastimado. Debemos ser pacientes con este proceso, y debemos seguir regresando a Jesús y pidiéndole que nos ayude a perdonar. Jesús quiere que le pidamos que nos libere de este peso, de este dolor. ¡Jesús está con nosotr@s y Él contestará nuestras oraciones!
 
En resumen, esta parábola trata sobre la misericordia de Dios, que es una de las cualidades divinas más fuertes, si podemos decirlo así. Nada excepto la misericordia nacida de la compasión cancela una deuda como la que se refiere la historia. Termina además llamándonos a ser misericordios@s como hemos recibido misericordia. La misericordia es más profunda que el perdón; ve en el corazón de la otra persona y camina un rato en los zapatos de esa persona. Incluye compasión y sanación activa. Vivir en un ambiente de misericordia es vivir en una atmósfera de paz, sanación y crecimiento. Ojalá que hoy pongamos todas nuestras cargas, nuestra ira y nuestro dolor en las manos de Jesús. Esto aligerará inmensamente nuestras cargas y también nos liberará a nosotr@s. ¿Confiaremos, confiaremos en Jesús?
 
Bendiciones,
 
Luis+

Date news: 
Martes, Marzo 22, 2022 - 11:30

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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