Vivimos en nuestro capitalismo una cultura desechable.

 
Lectura: Y si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; porque mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala y échala de ti; porque mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Mateo 5:29-30.
 
Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
Las palabras que Jesús habla en el Evangelio de hoy (Mateo 5:27-32) pueden ser difíciles de escuchar para much@s de nosotr@s. Él dice: "Tú conoces el mandamiento que dice: 'Sé fiel en el matrimonio'". Naturalmente, Jesús estaba hablando específicamente sobre ser fiel a los votos matrimoniales. Sin embargo, Su llamado a la fidelidad también abarca los votos religiosos, diaconado, sacerdocio, discipulado y otros compromisos permanentes. Sospecho que Jesús espera que las parejas casadas no sean simplemente fieles a sus votos matrimoniales en una forma mínima, sino que las parejas casadas también se esfuercen por mantener su compromiso fuerte y su amor profundo.
 
En el mundo de hoy, todos los días escuchamos sobre parejas de celebridades y parejas que conocemos que se están separando y divorciando. A veces, esta es realmente la elección correcta. Sin embargo, creo que ha evolucionado una mentalidad en los últimos 10 o 20 años de que si un “matrimonio no funciona como yo quiero que funcione”, entonces es hora de seguir adelante. En muchos casos esto es cierto. Si el abuso, la ira o los comportamientos poco saludables han destruido un matrimonio, entonces divorciarse o separarse probablemente sea una opción saludable. Sin embargo, vivimos en nuestro capitalismo una cultura desechable. Muchos artículos que compramos tienen una vida útil corta en nuestra sociedad. Es posible que l@s fabricantes no utilicen los mejores materiales disponibles debido al costo, o que hagan que sus productos se desgasten antes, de modo que sus clientes necesiten comprar repuestos.
 
Este patrón de una cultura desechable a menudo se transfiere a otras áreas de nuestras vidas: como una relación comprometida, la responsabilidad por los niños y niñas y otros miembros de la familia que necesitan ser amad@s y cuidad@s. Esto también incluye la responsabilidad financiera.
 
Hoy, l@s invito a tomarse un tiempo y preguntarse: ¿Cómo participo en esta cultura desechable con mi familia, mi lugar de trabajo, mi comunidad, mi iglesia? ¿Qué y a quién podría considerar desechable? ¿Qué considero inconveniente y por eso elijo no hacer lo que hay que hacer?
 
El panorama general de hoy es que debemos entablar relaciones saludables. Sin embargo, ninguno de nosotr@s quiere estar disponible para otro individuo, organización o sociedad; sin embargo, a veces también actuamos como si otras personas lo fueran. Nuestra cultura alienta esto a diario. Necesitamos fortalecer nuestra cultura, nuestro mundo y nuestras vidas con valores buenos y saludables que abarquen nuestro planeta y toda la creación. Con suerte, modelaremos estos valores todos los días de nuestras vidas mediante las decisiones que tomemos. Siendo plenamente human@s, saber lo difícil que es para nosotr@s esta ley del amor. Se me ofrece el ideal, de un amor siempre fiel y constante y consciente de mi fragilidad. ¡Habla con Jesús sobre este desafío!
 
Bendiciones,
 
Luis+