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¡Calma y paz son los regalos de Jesús para nosotr@s!

 
Lectura: Él respondió: “Hombre de poca fe, ¿por qué tienes tanto miedo?” Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo se calmó. Mateo 8:26.
 
Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El Evangelio de hoy (Mateo 8:23-27) es una historia familiar. Es la historia de la tormenta en el mar. Como sabemos, l@s discípul@s de Jesús se asustaron mucho cuando se desató una fuerte tormenta. A pesar de que varios de l@s discípul@s eran pescadores experimentados, l@s discípul@s estaban aterrorizad@s. La tormenta era feroz y las olas comenzaban a inundar su bote. E increíblemente, Jesús permaneció profundamente dormido en la barca mientras la tormenta rugía a su alrededor.
 
Finalmente, sus discípul@s lo despertaron, rogándole que los salvara. Sin embargo, Jesús l@s reprendió y les preguntó: “¿Por qué están aterrorizad@s, hombres (y mujeres) de poca fe?”. Jesús se puso de pie y reprendió a los vientos ya los mares e inmediatamente la calma descendió sobre las aguas y sobre l@s discípul@s. ¡L@s discípul@s de Jesús estaban asombrad@s y confus@s! Se preguntaron: ¿Quién es este hombre a quien obedecen los vientos y las olas?
 
Tómate un momento y recuerda un momento de tu vida en el que estuviste extremadamente asustad@. ¿Cuál fue la “tormenta” que creó tanta confusión y miedo en tu vida? ¿Te volviste a Jesús y le suplicaste que te rescatara? ¿O simplemente te agachaste en tu pequeño bote y te agarraste fuerte?
 
¿A Jesús no le importa? ¿Dios es indiferente? Quizás podamos reconocernos en las preguntas de l@s discípul@s. Cuando experimentamos dolor, sufrimiento o angustia, parece extraño que Dios permita que continúe. Es difícil en esos momentos recibir el deseo de paz de Jesús cuando estamos tan preocupad@s por lo que nos confronta. Jesús siempre tiene una visión más amplia y nos pide lo mismo. Él pone el momento presente en las manos de Dios, confiando en que Dios obrará en todas las cosas para nuestro bien.
 
A veces en nuestras vidas, puede parecer que Jesús está dormido en nuestro bote cuando necesitamos desesperadamente su ayuda y gracia para atravesar la feroz tormenta que estamos experimentando. A pesar de su aparente ausencia o falta de preocupación, ¿seguimos confiando en que Él realmente está con nosotr@s y que nos está bendiciendo, aunque no lo sintamos? A menudo, solo en retrospectiva llegamos a saber y creer que Jesús estuvo con nosotr@s en todo momento.
 
La próxima vez que estés agitad@, te invito a que te sientes y respires lenta y conscientemente durante 3 o 4 minutos. Respira en paz y exhala el estrés y el miedo. Después de varios minutos, comprueba lo siguiente: ¿estás tan agitad@ como antes? ¿O estás más tranquil@? ¿Tu mente está más clara? Si es así, ¡entonces sabemos que Jesús está con nosotr@s!
 
Cuando estamos molest@s o temeros@s, automáticamente cerramos las escotillas, como dirían los marineros. En nuestro idioma diríamos: “cerramos las oportunidades”. Y tal vez necesitamos cerrar momentáneamente. Sin embargo, necesitamos un paso adicional. Necesitamos abrir nuestras mentes y corazones a la presencia de Jesús. Y si realmente hacemos esto, eventualmente estaremos tranquil@s y pacífic@s. Practicar la calma y la paz reprenderá los vientos y las olas en nuestra vida. ¡Calma y paz son los regalos de Jesús para nosot@os! ¡Hoy tómate un tiempo para recibir conscientemente estos maravillosos regalos! Cambiará tu día --- ¡y a ti!
 
Bendiciones,
 
Luis+

Date news: 
Martes, Junio 28, 2022 - 13:00

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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