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Nos impulsamos por los valores equivocados del capitalismo para adquirir más riqueza, más posesiones, más estatus.

 
Lectura: Alguien de la multitud le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia”. Lucas 12:13.
 
Buenos días, feliz lunes y muchas bendiciones mi querida familia.
 
El Evangelio de hoy (Lucas 12:13-21) comienza con un individuo en la multitud que le pide a Jesús: “Maestro, dile a mi hermano (o hermana) que comparta conmigo la herencia familiar”. Jesús responde a la declaración de esta persona diciendo: “Amigo, ¿quién me nombró juez tuyo o árbitro tuyo?”. Luego agrega: “Cuídense de guardarse de toda codicia. Porque, aunque una persona sea rica, su vida no se puede medir por el número de posesiones que una persona ha acumulado”.
 
En el mundo de hoy, escuchamos o vemos numerosos anuncios todos los días en la televisión, la radio, Internet y las vallas publicitarias. Nos bombardean con mensajes que nos incitan a comprar ropa, productos electrónicos, automóviles o televisores. Cuenta el número de comerciales en la televisión o la radio hoy. La triste noticia es que much@s de nosotro@ hemos llegado a creer que más es mejor o que la computadora o el automóvil más nuevos son esenciales para una buena vida.
 
Hoy Jesús también cuenta a la multitud la historia de un hombre rico. Este hombre rico tenía una gran cantidad de tierra que normalmente producía una cosecha abundante. La cosecha de este año en particular produjo un rendimiento tan bueno que el hombre no tenía un granero lo suficientemente grande para almacenar su abundante cosecha. Finalmente, el hombre rico decidió derribar sus graneros (nótese el plural) y construir graneros más grandes. Esto no solo le daría espacio para su grano, sino que también tendría espacio para almacenar algunas de sus numerosas posesiones. Acumular esta riqueza le aseguraría poder comer, beber y divertirse durante muchos años.
 
Suena como la buena vida, ¿no? La realidad es que muchas personas trabajan muy duro para asegurarse de tener una buena vida. Sin embargo, Dios le dice a este hombre: “¡Necio! Esta misma noche te exigirán la vida. Y todo lo que has trabajado tan duro para acumular pertenecerá a otr@s”. Jesús entonces añade: “Así será para la persona que atesora tesoros terrenales para sí pero que no es rica en lo que es importante para Dios”.
 
En nuestra sociedad occidental, los valores equivocados del capitalismo nos impulsan a adquirir más riqueza, más posesiones, más estatus. En esta parábola, Jesús ataca la codicia y el egoísmo. Este hombre rico vive para este mundo y solo para esta vida. Está pensando solo en sí mismo, sin conciencia de las necesidades de los demás, a pesar de su propia abundancia. Esta economía de mercado es contraria a la economía de Dios de la equidad.
 
Hoy, Jesús nos recuerda que, cuando dejemos todo esto atrás, se nos preguntará qué riquezas espirituales hemos acumulado. Nuestras buenas obras son lo único que nos sobrevivirá. ¿Qué tesoro acumularé que pueda llevar conmigo al más allá?
 
Bendiciones,
 
Luis+

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Lunes, Octubre 17, 2022 - 09:00

Ministerio en el tiempo del Coronavirus (Covid 19): Prevenir, curar y acompañar

Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.

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