Ahora tenemos que darle forma a lo que algun@s han comenzado a llamar; La Iglesia en Casa. Aunque yo me sigo preguntando; ¿qué hacen quienes no tienen un hogar? Por esto a la misma vez, estoy declarando desde hoy en nuestra Iglesia Santa Cruz una jornada de cuaresma de oración, ayuno y leer la Biblia en el Tiempo del Coronavirus.
El Evangelio de hoy
Enviado por holyroodchurch el Diciembre 30, 2019 - 08:44
El Evangelio de hoy (Lucas 2: 36-40) es la historia de Ana la profetisa. Puede parecer demasiado pedirle a una persona que esté orando día y noche. Este es el caso solo si tenemos una visión muy limitada de la oración, es decir, la oración es la recitación de fórmulas devocionales frente al Santísimo Sacramento. Hay mucho más en la oración que esto. Toda nuestra vida debería ser una larga oración a Dios.
Esto es lo que la profetisa Ana nos está enseñando en la lectura del Evangelio de hoy. Su vida se convierte en un símbolo o, mejor aún, en un ejemplo vivo de lo que todas nuestras vidas deberían ser, es decir, un sacrificio vivo a Dios. Exactamente eso significa que para cada un@ de nosotr@s es diferente. Cada persona tiene su propia parte que desempeñar en el gran plan de liberación salvífica. Con suerte, tod@s hacemos nuestra parte. La gran pregunta es: ¿cómo es esto posible en medio del ajetreo de nuestras vidas?
Cualquier persona exitosa le dirá que una de las claves de su éxito en la vida es la capacidad de priorizar bien. Es importante que nos demos cuenta de que no todo lo bueno que podemos hacer debe hacerse. Esto puede ser difícil de aceptar al principio, pero es bastante lógico cuando lo pensamos bien.
Jesús le dio cierta prioridad a la oración en su vida y ministerio porque sabía que esta era la base de su relación con Dios. Sin estar en relación con Dios a través de la oración, es imposible saber qué es lo que Dios quiere que hagamos. Es ciertamente irónico que lo primero que dejamos de hacer en nuestras vidas cuando estamos ocupad@s con un proyecto u otro es dejar de orar. Esto no sucede en la vida de las personas que sirven a Dios y aquí radica la clave para la santidad y el éxito en la vida espiritual. Debemos aprender a dar prioridad absoluta a la oración, ya que es la base de nuestra relación con Dios. Sin oración, no podemos saber cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas. Por esto la pregunta que constantemente nos hacemos cuando queremos hacer algo: ¿en donde está Dios en lo que quiero hacer?
El hecho de que Anna tenga 84 años también debería darnos esperanza. Nunca somos demasiado viej@s para tener algo constructivo que hacer en el trabajo de la comunidad de Dios.
Bendiciones
Padre Luis +
Date news:
Lunes, Diciembre 30, 2019 - 08:45
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