La sal de la tierra

Buenos días, feliz lunes y bendiciones.

En el Evangelio de Mateo 5: 13-20, Jesús tiene mucho que decir sobre la sal y la importancia de que la sal sea sal y no otra cosa, “Tú eres la sal de la tierra; pero si la sal ha perdido su sabor, ¿cómo se puede restaurar su salinidad? Ya no sirve para nada, sino que es arrojado y pisoteado. ”Bueno, ¿qué significa eso?

Primero, es importante recordar que Jesús está hablando con sus discípulos: es a estas personas a quienes describe como la sal de la tierra. Esas son buenas y malas noticias para ellos y, por lo tanto, para nosotr@s. Vemos que Jesús tiene una visión en mente, un estándar por el cual los discípulos deberían estar en el mundo. Estamos destinad@s a ser la sal de la tierra, una especie de levadura o especia para el mundo. Es interesante que Jesús use esta metáfora de la sal.
 
Durante demasiado tiempo, las personas cristianas han sido las personas que quieren abandonar la tierra, escapar a una existencia espiritual abstracta. Pero aquí vemos que Jesús haría que sus seguidoras se involucraran profundamente con el mundo, de hecho, para actuar como una especie que anima a todos lo@s demás. Con esta especie, el mundo siente las cosas más profundamente, los altos son más altos, los bajos son más bajos. Con esta especie de discípul@s de Jesús, el mundo siente, piensa y actúa más profundamente.

Ahora, antes de todo esto, Jesús dice que somos la sal. La palabra clave aquí es somos. Él no dice: "Algún día serás la sal de la tierra" o "Continuarás trabajando para convertirte en la sal de la tierra", no, "Tú eres, la sal de la tierra". Para Jesús, nosotr@s l@sdiscípul@s de hecho ya somos la sal de la tierra, esta es una realidad espiritual, ya somos la sal de la tierra, es un estado de ser que ya está en su lugar. Recuerda, fuimos llamad@s a darle sabor a esta tierra presentando el proyecto de liberación salvífica de Jesús.  Somos esta sal de la tierra, si no me crees, pregúntale a Jesús.

Bendiciones

Padre Luis +