El amor de Dios nunca termina

Buenos días, feliz lunes y bendiciones. 

El Evangelio de hoy sigue inmediatamente a la noche milagrosa y aterradora que los discípulos habían pasado en el mar. Como descubriremos, la gente de Gennesaret, y Betsaida en particular, poseían una gran fe y dieron la bienvenida a Jesús. Reaccionaron a la presencia de Jesús de manera muy diferente a la que tuvieron los discípulos o la gente de Gadara. Necesitamos la fe y el deseo de aquellos dentro de Betsaida. Definitivamente hay una anticipación por Jesús (54-55) y podemos que aquellos en Gennesaret tenían con respecto a la llegada de Jesús.

Primero, fue reconocido (54). Y cuando salieron de la nave, inmediatamente lo conocieron. Cuando Jesús y los discípulos salieron del bote, la gente lo reconoció de inmediato: lo conocían. Ellos sabían exactamente quién era. Esto tiene la idea de "saber a través de la experiencia". No había duda ni confusión; sabían que el hombre que salió del bote no era otro que Jesucristo. Aparentemente, algunos de ellos se habían encontrado con Jesús antes. Era conocido de muchos en Gennesaret.

En segundo lugar, fue revelado (55) - Y corrió por toda la región alrededor y comenzaron a cargar en las camas a las personas enfermas, donde oyeron que estaba. Quienes vieron a Jesús salir del bote no se quedaron callad@s y continuaron con su rutina diaria. Inmediatamente fueron a toda la región, trayendo a aquell@s que estaban enferm@s y afligid@s a donde estaba Jesús. La noticia se extendió rápidamente de que Jesús había venido a Gennesaret.

¿Con qué frecuencia compartimos las Buenas Nuevas con otras personas? ¿Poseemos la fe y la anticipación de estas personas? ¿Estamos haciendo todo lo posible para lograr que aquellas personas que necesitan salvación sean para Jesús? ¿Estoy yo orando para que seamos más como estas personas de este Evangelio que proclamaron a Jesús a un mundo que necesita escuchar de su gracia salvadora?

Y tercero, fue respetado (55) - Y corrió por toda la región alrededor y comenzaron a traerle en las camas a las personas enfermas, donde oyeron que estaba. A diferencia de los de Gadara, la gente de Gennesaret llevó a sus personas enfermas a Jesús y esperaba que les sanara. Sabían que Jesús tenía poder y estaban comprometid@s a llevar a sus amistades y familiares a Jesús.

Debemos hacer nuestra parte para honrar a Jesús con nuestras vidas y presentar un testimonio fiel de él. No podemos esperar que el mundo desee a Jesús y crea en Él si la iglesia nunca revela ningún entusiasmo por nuestro Señor. ¿Estamos list@s para hacer esto? Comencemos ahora.

No te quedes y vengas a celebrar en comunidad. Bendiciones

Padre Luis +