Nehemías

Buenos días, feliz martes y bendiciones.


Nehemías es la figura central del Libro de Nehemías, que describe su trabajo en la reconstrucción de Jerusalén durante el período del Segundo Templo. Si alguna vez viste una situación desordenada y pensaste, "alguien debería hacer algo", entenderás la pasión que Nehemías sintió por Jerusalén. Es uno de los héroes del Antiguo Testamento en términos de desarrollar su fe "con miedo y temblor" en medio de una situación de trabajo compleja y difícil. Como much@s de nosotr@s hoy, Nehemías se vio envuelto en una tarea que era más grande de lo que posiblemente podría lograr por sí mismo y, sin embargo, su corazón ardía con el deseo de ver el trabajo completado. Sin embargo, cuando Dios quiere usarte, nada importa. Lo que Dios requiere es un corazón humilde y valor para hacer su obra, a la manera de Dios. Tres lecciones puedo identificar de Nehemías sirviendo a Dios.


Primero, se preocupa por las cosas de Dios. Note que Nehemías estaba profundamente preocupado por la causa de Dios. Un día, mientras estaba ocupado en el palacio, se encontró con un hermano que acababa de regresar de Jerusalén. Se detuvo y preguntó: "¿Cómo van las cosas en la tierra?" "No es bueno", fue la respuesta. Cuando Dios le abrió la puerta para hablar con el rey, no le importó pedirle la ayuda y protección oficial del rey a lo largo de la ruta.

Segundo, Dios guía a diferentes personas de diferentes maneras. Dios no nos va a guiar a tod@s por igual. Condujo a Ezra de regreso a la tierra sin ningún tipo de apoyo, y condujo a Nehemías con la mitad del ejército persa con él. Dios usará los dos sentidos. Lo que era cierto para ellos sigue siendo cierto para nosotr@s: Dios los guiará de una manera, y Él me guiará de otra manera.


Y tercero, Dios ve tu fidelidad. La reconstrucción de los muros y las puertas de Jerusalén fue uno de los mayores proyectos de construcción del que hemos oído hablar. Lo que hizo Nehemías fue algo tremendo, y fue un maravilloso testimonio de Dios trabajando a través de individuos. Fue un trabajo duro y tomó mucha gente.

Así como Nehemías lloró por la triste condición de Jerusalén, Dios busca hombres y mujeres hoy que llorarán de dolor, orarán profundamente y llevarán una carga por la condición espiritual de la Iglesia. ¿Estás list@?


Bendiciones


Luis +