¿Qué es lo que Dios quiere de mí?

Buenos días, feliz miércoles y bendiciones.

La reflexión para hoy está tomada del libro del profeta Miqueas, donde podeos apreciar un pleito de Dios con su pueblo porque no aceptan su propuesta de vida: «Anuncio para ti, ser humano, lo que es bueno y lo que Yahvé está buscando de ti, solamente esto: practicar el derecho y amar la solidaridad y ser humilde para andar con tu Dios» (Miqueas 6,8).

¿Qué es lo que Dios quiere de mí? Muy sencillo, que actúe con rectitud, honestidad e integridad. Y esto lo podemos apreciar en dos condiciones.

Primero: practicar el derecho. En su cotidianidad, el ser humano tiene la oportunidad de relacionarse y estar en armonía con Dios. El mispat («derecho»), se entiende como el acto de favorecer lo que corresponde a cada persona en su individualidad. Está relacionado con las cosas fundamentales y necesarias para que la vida sea posible: agua, comida, bebida, ropa, techo, salud, trabajo, etc. (Miqueas 3,1; 8.9.; 7). El mensaje es que lo que una persona tiene de sobra pertenece a la otra que carece de lo mínimo para vivir dignamente. 

La segunda condición es amar la solidaridad. Este verbo introduciendo la frase hace recordar inmediatamente Deuteronomio 6:5: «amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza», y también recuerda Levíticos 19:18: «amarás a tu prójimo como a ti mismo». Porque el amor, en su sentido bíblico, posee esta triple dimensión: Dios-Yo-La otra persona. Se trata de un amor que implica una relación íntima y, al mismo tiempo, interpersonal y colectiva. No se entiende como una simple expresión ética, sino como una disposición de servir a la otra persona, donde Dios se encuentra, según su Palabra (Éxodos 13:21).

Yo tengo claro que a veces es difícil amar al prójim@ que nos ofende, por lo que debemos comenzar con el amor de Dios que es bueno, para poder amar a la otra persona y así amar genuinamente a Dios. Seamos clar@s que esto no es si queremos, esto es un mandamiento. Cuando alguien que te importa te lastima, puedes aferrarte a la ira, el resentimiento y los pensamientos de venganza, o aceptar el perdón y seguir adelante. Al igual que el amor a Dios, amar a nuestr@ prójim@ no se trata solo de sentir, sino también de actuar. Por eso debemos amarle de la misma manera que nos amamos. ¿Estás list@ hoy para demostrar con acción estas tres dimensiones del amor?

Bendiciones

Luis+