No desmayes, hay esperanza.

Buenos días, feliz lunes y bendiciones. 

El Evangelio para el día de hoy viene de Mateo 28: 8-15. Es una narración donde un grupo de mujeres tiene un encuentro con el Jesús resucitado.

Quiero que noten la frase "Él va delante de ustedes a Galilea". Históricamente, Jesús hizo exactamente lo que prometió y fue antes que Sus discípul@s a Galilea. Pero, ¿cómo va delante de nosotr@s hoy?

Ciertamente, la forma más importante en que Jesús nos precede es su resurrección física. Sabemos que el Jesús resucitado tenía un cuerpo físico porque sus seguidor@s pudieron tocarlo y compartió comidas con ell@s. Y debido a que Jesús nos ha precedido, aquell@s de nosotr@s que hemos puesto nuestra fe en Él podemos estar segur@s de que algún día también experimentaremos una resurrección física y se nos darán nuevos cuerpos que nunca se enfermarán, ni se cansarán. Y saber eso nos da esperanza en este momento, sin importar lo que estemos pasando, porque podemos estar segur@s de un futuro glorioso que supera cualquier sufrimiento que podamos estar pasando hoy.

Pero el hecho de que Jesús se adelantó a Sus discípul@s a Galilea demuestra que Jesús también nos precede en nuestra vida diaria normal. Jesús experimentó los mismos tipos de tentaciones, tristezas, persecución y sufrimiento físico que enfrentamos en nuestras vidas y la Biblia nos dice que soportó todo eso en nuestro nombre debido a la alegría que vino de cumplir el plan que Dios le había dado: hacer posible que seamos personas correctas con Dios a través de la fe en él.

Eso significa que, por lo que sea que estés pasando en tu vida en este momento, Jesús ya te ha precedido. Él sabe personalmente lo que estás experimentando y tiene el deseo y la capacidad de ayudarte a perseverar e incluso tener la victoria en esa situación si lo dejas. Jesús nos precede y nos da esperanza en nuestra vida cotidiana. Él no solo va antes que nosotr@s, sino que cuando llegamos, permanece junto a nosotr@s y nos ayuda a soportar el dolor que a menudo tenemos que pasar para llegar a ser más como Él. ¡Y la razón por la que podemos confiar en que Jesús todavía lo hace es porque está vivo!

Hoy tengo una invitación especial. En este proceso de Jesús llegar antes que nosotr@s y la realidad del Coronavirus, me gustaría que pudiéramos ser más humanos cuando analizamos la dolorosa realidad de lo difícil que es quedarse en casa para aquellas personas que no tienen un hogar, para aquell@s que estan encarcelad@s o para quienes viven en un refugio. Qué difícil es para las personas migrantes o aquellas personas que usan drogas quedarse en casa.

Continúo orando y actuando para que el gobierno entienda que este asunto es mucho más complicado, pero más importante, que nosotr@s, como discípul@s de Jesús y como una iglesia profética que camina con la gente, comprendemos que debemos ir delante, abriendo un camino, no criticando ni rechazando, sino entendiendo y amando. Recordemos que Jesús también resucitó por ell@s y que nuestra responsabilidad es presentarles un mensaje de esperanza. Tal vez es en esta persona, hermano o hermana, en donde o con quien Jesús me está esperando. 

Bendiciones

Padre Luis +