Toma la decisión correcta.

Buenos días, feliz martes y muchas bendiciones.

En Juan 3: 5-15 aprendemos que Nicodemo viene, al amparo de la oscuridad, a confesar su creencia en Jesús y a aprender más sobre este maestro. ¡Qué maravillosa perspectiva hay ante Nicodemo! Puede convertirse en un asociado cercano de Jesús, capaz de presenciar de primera mano varios aspectos de la vida de Jesús en la tierra. Como gobernante de los judíos y maestro en Israel, Nicodemo tiene un buen conocimiento de la Palabra de Dios. Él también tiene una sutileza aguda, como se ve al identificar a Jesús como un maestro enviado por Dios. Nicodemo está interesado en asuntos espirituales, y es inusualmente humilde. ¡Qué difícil debe ser para un miembro de la corte suprema de los judíos reconocer al hijo de un carpintero humilde como un hombre enviado de Dios! Todas esas cualidades son invaluables en la creación de un discípulo de Jesús.

El interés de Nicodemo en este hombre de Nazaret no parece disminuir. Dos años y medio después, en la Fiesta de los Tabernáculos, Nicodemo asiste a una reunión del Sanedrín. En este momento, Nicodemo sigue siendo "uno de ellos". Los principales sacerdotes y los fariseos envían oficiales para arrestar a Jesús. Los oficiales regresan e informan: "Nunca otro hombre ha hablado así". Los fariseos comienzan a menospreciarle: “No te han engañado también, ¿verdad? Ninguno de los gobernantes ni de los fariseos ha confiado en él, ¿verdad? Pero esta multitud que no conoce la Ley son personas malditas”. Nicodemo ya no puede contenerse. Él habla: "Nuestra ley no juzga a un hombre a menos que primero haya escuchado de él y llegue a saber lo que está haciendo, ¿verdad?" Luego se encuentra en el blanco de las críticas de los otros fariseos: “Tú tampoco estás fuera de Galilea, ¿verdad?

La indecisión de Nicodemo significó una gran pérdida de su parte. Se incluyó la cálida invitación de Jesús: "Vengan a mí, tod@s ustedes que trabajan duro y están cargad@s, y los refrescaré.

Venid á mí tod@s los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotr@s, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateo 11: 28-30) ¡Nicodemo perdió la oportunidad de experimentar este refresco literalmente del mismo Jesús!

Sin embargo, de alguna manera unos seis meses después, en el día de la Pascua Nicodemo contempla el cuerpo de Jesús siendo retirado de la cruz. ¡Incluso en este momento, sin embargo, Nicodemo todavía no se identifica como un discípulo de Jesús! Nicodemo reconoció que Jesús vino de Dios. Sin embargo, necesitaba ir más allá de simplemente mostrar aprecio por Jesús como el enviado por Dios. Necesitaba "negarse a sí mismo y recoger su cruz día tras día y seguir a Jesús continuamente". Después de que Nicodemo se había convertido en un seguidor, su vida cambió para siempre. Nunca volvió a esconder su fe en Jesús.

Yo te pregunto; ¿has pospuesto la decisión de convertirte en un@ de l@s discípul@s de Jesús debido a lo que tus familiares, amig@s o colegas podrían decir? A veces te sientes cómod@ y no quieres cambiar. A veces el cambio parece demasiado complicado. A veces el cambio parece no valer la pena. Creo que much@s de nosotr@s somos como Nicodemo. Luchamos por ser como los fariseos, pero en el fondo de nuestros corazones queremos seguir a Jesús. Y al igual que Nicodemo, nosotr@s también podemos separarnos de nuestras cualidades fariseas y seguir de todo corazón a Jesús.

Bendiciones

Padre Luis+