El amor a Dios también se demuestra amando a la Madre Tierra

Buenos días, feliz miércoles y bendiciones.
 
Hay muchos versículos maravillosos en la Biblia sobre el amor de Dios, pero pocos se acercan a describir su gran amor de manera tan precisa y poderosa como Juan ‪3:16‬: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Esta realidad del amor de Dios debe basarse en una relación recíproca donde también reconozco, acepto y pongo en práctica el amor de Dios. Por supuesto, esto suena muy fácil en palabras, pero ponerlo en práctica es difícil. Dije difícil, no imposible. Es por eso por lo que Dios siempre juzgará no tanto mi perfección como persona cristiana al hacer las cosas que me pide, sino más bien mi sinceridad al tratar de hacer las cosas como él quiere. Entonces se hace necesario evaluar constantemente mi proceso de sinceridad hacia Dios y al resto de su creación.
 
Dios te ama tanto que envió a su Hijo, Jesucristo, a nacer en la tierra y morir en una cruz. ¿Por qué? Tod@s somos pecador@s y la Biblia dice que la consecuencia del pecado es la muerte, la separación eterna de Dios. No hay nada que podamos hacer para hacernos "lo suficientemente buen@s" para el cielo. Pero Dios hizo un camino. Cristo vivió una vida perfecta e irreprochable y proporcionó el sacrificio perfecto por nuestros pecados. Él murió en nuestro lugar.
 
Dios requiere radicalmente que amemos incluso a l@s enemig@s que nos han odiado agresivamente, nos han maldecido y tomado lo que nos pertenece. Si somos discípul@s de Jesús, no tenemos la opción de amar o no amar. Este amor radical no es solo un requisito especial para las personas súper comprometidas. Es claramente el estándar de Dios para todos sus hijos e hijas. Si Jesús es nuestro Salvador y Señor, debemos luchar para comprender y aplicar Su enseñanza aquí. Si bien es posible que no lleguemos a la cima en esta vida, debemos morir en el intento. El gran desafío es que el amor radical de Dios requiere nuestro trato amable con quienes nos maltratan.
 
En otras palabras, el amor radical de Dios se extiende a todas las personas, incluso a las ingratas y malvadas. Como sus hij@s, nuestro amor debe reflejar su amor. Debemos participar activamente en buenas acciones hacia aquell@s que nos han tratado injustamente. Nuestro amor debe ser abnegado, no egoísta. Debemos dejar de lado lo que creemos que son nuestros derechos personales si queremos seguir a nuestro Señor al practicar este amor radical. ¿Estás list@ para demostrar tu amor por Dios?
 
Y hablando de amor radical, ¿sabes que hoy, en medio de la pandemia de coronavirus, estamos celebrando el Día de la Madre Tierra? Una lección de todo esto es que como humanos impactamos nuestro planeta y algunas de sus resultados. El coronavirus ha obligado a las industrias a reducir la producción y a las familias a refugiarse en un lugar.
 
Otra lección es que tod@s podemos hacer algo. En todo el mundo, nuestras acciones de amor han sido críticas en la lucha contra el coronavirus. El caso COVID-19 y las curvas de muerte han comenzado a disminuir debido a las acciones colectivas de l@s ciudadan@s del planeta Tierra. Nosotr@s somos quienes usamos nuestras máscaras y aumentamos las rutinas de saneamiento. Nosotr@s somos quienes nos hemos responsabilizados por l@s demás. Espero que comencemos a ver el valor colectivo de proteger la Tierra como resultado de esta terrible experiencia.
Recuerde, amar a Dios, a mi prójim@ y a mí mism@ también significa amar a la Madre Tierra.
 
Bendiciones,
 
Padre Luis