El milagro surge cuando compartimos.

Buenos días, feliz viernes y muchas bendiciones. 

El Evangelio de hoy (Juan 6: 1-15) nos ayuda a comprender cómo Jesús satisface las necesidades. Este es el único milagro registrado en los cuatro evangelios, lo que demuestra su importancia. La alimentación de los 5.000 hombres (y probablemente 7.000 mujeres y niñ@s) precede al discurso de Jesús sobre ser el pan vivo que baja del cielo para dar su vida por el mundo (6: 32-58). Entonces, también es un milagro que apunta a la salvación. Juan escribió esta señal "para que creas que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengas vida en Su nombre” (20:31).

Hay varias enseñanzas que quiero destacar de este milagro de compartir lo que tenemos. Una de las lecciones importantes en la lectura de hoy es que las personas están necesitadas. Pero Jesucristo usa personas inadecuadas (lo que nuestra sociedad denomina que no son suficientemente buenas) que le rinden lo que tienen para satisfacer las necesidades abrumadoras de las demás personas. .

Otra enseñanza es que Jesús está más preocupado por las personas necesitadas que nosotr@s. Los discípulos querían resolver este problema enviando a la multitud a comprar su propio pan. Estaban más centrados en su propia necesidad de un descanso que en la necesidad de comida de la multitud. Vieron a la multitud hambrienta como una molestia. Pero Cristo estaba preocupado por ell@s. Quiere que aprendamos a mirar a las personas necesitadas a través de sus ojos. Él tiene compasión por ell@s y se deleita en satisfacer sus necesidades.

Una lección adicional de esta lectura es que Cristo no está limitado por nuestros recursos inadecuados. Cuando Felipe llegó con su estimación de 200 denarios (que no tenía), Jesús no dijo: "Ve a recoger una colección de la multitud y mira cuánto podemos obtener". Cuando Andrés ofreció su disculpa, "Pero ¿qué es esto para tanta gente?" Jesús no dijo: "Apuesto a que hay más comida en esta multitud. ¡Hagamos que todos compartan! " Jesús no estaba limitado de ninguna manera por este limitado almuerzo. Y, hoy no está limitado por el hecho de que no tenemos suficiente dinero, tiempo o talento para llevar el evangelio al mundo entero o enfrentar los retos del Coronavirus.

Una lección más es que Jesucristo usa a las personas para satisfacer las necesidades de las personas. Juan no declara específicamente lo que dicen los otros evangelios, que Jesús usó a los discípulos para distribuir el pan y el pescado a la gente. Pero sí muestra cómo Jesús involucró a Felipe y a Andrés y es solo de Juan que aprendemos que los cinco panes y los dos peces vinieron del almuerzo de un niño. Como dije, Jesús fácilmente pudo haber orado y pedido pan del cielo sin involucrar a nadie más. Pero usó personas, incluido un niño y su almuerzo, para satisfacer las necesidades de otras personas. Si lo conoces, Él quiere usarte para satisfacer las necesidades de las demás personas. 

Y finalmente, Cristo usa personas inadecuadas (esas que nos dicen que no sirven) para satisfacer las necesidades de las personas. Jesús podría haber mirado a la multitud en busca de los obviamente ricos y pedirles los fondos para alimentar a la multitud. Podría haber pedido a aquell@s con mucha comida para compartir. Pero en cambio, usó personas que eran dolorosamente en necesidad para satisfacer esta otra necesidad abrumadora. Esta es la enseñanza del milagro del compartir. ¿Estás list@ para que Dios te use hoy?

Bendiciones

Padre Luis +